Agoney Dorta Pérez, Finalista del «II Certamen de Relato Corto» del Colegio Virgen del Mar

La Falla de San Francisco 

Introducción

La Tierra, nuestro planeta, el único que tiene vida en todo nuestro Sistema Solar por sus condiciones, que se encuentran detalladas en diversos estudios. Geografía, asignatura que hoy se da en todos los colegios a partir de 1º de ESO, también ciencia que estudia nuestro planeta. Dentro de esta definición tan general, podemos estudiar la placas tectónicas, que están siempre moviéndose y chocando unas contra otras. Pero también en el sentido inverso, separándose, como ocurre con La Falla de San Francisco, en América del Norte, cerca de San Francisco y San Andrés. Esta falla podría destrozar por completo San Francisco y los temblores que causaría este fenómeno se sentirían por todos los Estados Unidos y muchos lugares de otros países. Me resulta tan curioso que nadie se moleste en retirar a toda la población de ese lugar, que he decidido contarles algo que jamás podrían imaginarse. 

Empieza la pesadilla

Hola, soy Marcos. Mis vacaciones del año pasado fueron un “poco” desastrosas. Tenía algo de dinero y decidí irme unas semanas de turismo por San Francisco. Es una ciudad muy poblada, me sentía agobiado cuando tenía que transitar por carreteras o calles principales, y muy sólo en las secundarias. 

Un amigo me advirtió de los peligros que allí podrían suceder, pero yo no me lo creí. Pensé que eran fantasías de los científicos que estaban locos. Pero estaba equivocado. 

Me subí en un avión del aeropuerto de París, que estaba completamente vacío, salvo yo. La azafata me miró con cara extraña, como si estuviera loco. Yo no la entendí. Llegué a mi destino y casi no me dio tiempo de bajarme del avión, pues salió a los cinco minutos de regreso, pero esta vez con mucha gente. Parecía que estaban huyendo de aquel lugar. Busqué mi hotel y las estancias estaban todas vacías y en mal estado, por eso me pasé la mañana del primer día limpiando la habitación, lo que denuncié en la página web del hotel. 

Me gusta mucho el hacer turismo cultural: museos, esculturas, parques, etcétera. Visité la mayoría de lugares famosos y me dediqué a descansar sin preocupaciones. Una de las cosas que más me gustó fue el “Golden Gate Bridge” y la “Isla de Alcatraz». Todo iba bien hasta, desgraciadamente, ahora. Todo empezó a ir de mal en peor, pues toda la gente huía de sitios cerrados y de lugares con establecimientos de mucha altura. 

Me empecé a asustar, pero no sentía nada extraño excepto, claro, la gente. Decidí ir a almorzar al hotel y ver un rato la televisión para ir por la tarde al lugar más impresionante de la zona: La Falla de San Francisco. 

Cuando encendí el dispositivo, todos los canales anunciaban un catastrófico suceso que está por llegar. Me puse muy nervioso, pero al rato me olvidé del tema. 

Una hora después estaba de camino hacia la Falla sin problemas, pero no iba a seguir así. Cuando estaba llegando a mi destino empecé a sentir pequeños temblores que iban haciéndose cada vez mayores. No sabía si continuar conduciendo en esa dirección o dar la vuelta a San Francisco. Al final terminé por volver a la ciudad, pero lo que me encontré me traumatizó por completo: edificios cayéndose a pedazos, gente huyendo en barco o avión, y demás. Lo siguiente fue horrible, me sentí incluso mareado, pues el mayor temblor registrado en la historia había comenzado ¡Diez minutos sin parar! No podía quedarme allí, así que cogí la barca de un amigo y salí a toda prisa. En el agua me esperaba una sorpresa más, un tsunami se aproximaba a la ciudad. Hice lo que todo el mundo estaba haciendo, intentar subir hasta la cima de la gigantesca ola antes de que la cresta se formara. Comencé a ascender, pero noté que la barca estaba fallando. No me rendí, y lo conseguí. Ahora que estaba a salvo, necesitaba navegar hasta el canal de Panamá y después acercarme hasta Florida, donde vivían mis padres y hermanos. Pasaron semanas, pero me llevé una gran sorpresa cuando descubrí una trampilla con provisiones suficientes para el viaje. 

Al llegar me recibieron todos con preocupación, tardé varias horas en recuperarme y contarles esta pesadilla que acabo de narrarles. 

San Francisco, a partir de ese momento, entró en mi lista de lugares que jamás debes visitar.