Un flamenco y un conejo, Lulú y Zanahoria

Como parte del trabajo sobre de la creación de cuentos, se propuso a los alumnos que escribieran una historia con unas condiciones concretas: la historia debía contener al menos dos personajes animales. El grupo eligió un flamenco y un conejo. También, los nombres de los personajes debían ser elegidos en común y se tomó la decisión de llamarlos Lulú y Zanahoria respectivamente. A partir de ahí, los alumnos podían desarrollar su creatividad. Estos son algunos de los productos realizados por el grupo de 5º C de Primaria.

La historia de Lulú

Escrito por Cora Gil del Rosario

Más o menos en el año 2799, ya no existían tantos humanos. Solo quedaban 1.000 personas y estaba todo repleto de animales. Puede que tú te imagines que esos animales son los típicos que ahora puedes ver en zoos, ya existían robóticos como el robodog, etc. Pero bueno, ya voy a empezar de verdad. Me llamo Lulú y soy un flamenco, no soy ni me gusta el rosa, soy negra y, por así decirlo, soy muy fan de la música de la década del 2010; las nuevas no son mi estilo la verdad. Mi mejor amiga es Zanahoria, una conejita con la que siempre como, y me divierto mucho. Un día fui a su casa con su dueña Carla, oímos un ruido en el jardín, bajamos corriendo y ella saltando. Cuando llegamos, encontramos a una perrita super linda, estaba sucia y despeinada. La cogimos y la subimos. Nos quedamos muy confusas, ¿cómo podía haber llegado ahí? Su valla es de las más altas, como de un metro y medio, y un perro no puede saltar una valla tan alta, ¿verdad?

Decidimos investigarlo así que nos pusimos manos a la obra. Llamamos a Leroy, un cocodrilo que es muy conocido por sus inventos, para que crease algo, a ver si nos podría ayudar. Una semana después llegó el invento a mi casa. Metimos dentro a la perrita y salieron unas letras y números muy raros, pero como Zanahoria había estudiado varios idiomas y justamente ese era uno, en un momento desciframos el mensaje y Zanahoria dijo bien alto:

-“Super poder: Salto alto”.

No entendieron muy bien, pero no le dieron importancia. Un año después desapareció la perrita por arte de magia y no supieron nada más de ella.

Zanahoria y su muñeca Lulú

Escrito por Aura Marina Penagos Reverón

Había una vez un conejo llamado Zanahoria y su muñeca flamenco llamada Lulú. A Zanahoria le gustaban mucho las muñecas, los vestidos, las Nancys y todas las cosas que usan las chicas. No le gustaban los coches, la Play y tampoco jugar a fútbol. Cuando iba al cole con Lulú, todos se reían de él por tener una muñeca. Ellos decían que las muñecas eran solo para niñas. Sus padres le decían que eso era mentira, ninguna cosa tiene género. Zanahoria se fue corriendo a su cuarto a llorar. ¡De repente Lulú le empezó a hablar! Le dijo que esos niños no tenían nada de razón. Zanahoria paro de llorar y no le hacía caso a esos niños. Se fueron los dos al cole muy contentos. Todos los niños se le quedaron mirando. Al día siguiente todos los niños llevaron muchos juguetes porque ningún muñeco tiene “género”.

 

El viernes 13

Escrito por Dara Nieto Díaz

Había una vez un conejo que se llamaba Zanahoria. Zanahoria tenía un compañero que era un flamenco que se llamaba Lulú. Los dos eran los mejores amigos e inseparables. Les encanta pasear, jugar, bailar, hacer bromas… El día “Viernes 13” estaban juntos y, de repente, cayó un rayo sobre ellos. Aquello provocó que los dos se fusionaran en un solo animal y se convirtieron en la Leoparda Sexy. No sabían qué hacer, así que pasaron día y noche tratando de encontrar una cura para separarse. Agotados y desanimados, no lograban encontrar la solución. Caminaban errantes por la calle cuando una fina lluvia mágica empezó a caer; con el contacto de las primeras gotas sobre su piel, volvieron a separar sus cuerpos. Mientras volvían a sus casas, pensaban en la historia increíble que habían vivido.