Varios textos premiados del IV Certamen de Relatos Cortos Colegio Virgen del Mar

Esta es mi historia futura

Salifu Faal, 5º A de Primaria

Esta  es mi historia futura, la historia de Salifu dentro de 30 años, justo después de haber terminado mi carrera como futbolista del Barcelona y estoy a punto de que me elijan Presidente de Gambia.

Voy vestido con un traje azul, una camisa blanca y llevo una corbata verde y roja. Todo combinado son los colores de la bandera de Gambia y yo quiero que la gente me recuerde vestido así, como un gambiano orgulloso de su país. En el futuro, a parte de futbolista llegaré a ser médico o abogado, en estos momentos del presente todavía no tengo muy claro si estudiaré la carrera de Medicina o la carrera de Derecho, pero en una de esas dos carreras basaré mis conocimientos para poder llegar a ser Presidente de mi país. Por un lado me gustaría ser abogado para poder defender al débil ante el fuerte. Y por otro lado, me gustaría ser médico para poder curar al débil para que llegue a ser fuerte. De cualquier forma, médico o abogado esta duda la solucionaré dentro de unos años, justo cuando tenga que ir a la universidad.

Como ya dije al principio del relato, seré jugador del Barcelona, además de los buenos, de esos que juegan muchos minutos, meten muchos goles y dan muchas asistencias. Durante mi carrera como futbolista ganaré mucho dinero y llegaré a ser muy famoso. Con el dinero y la fama espero hacer mucho bien a todas las personas que me rodean, tal como dice mi padre, hay que intentar mejorar el metro cuadrado que nos rodea y si no podemos cambiar el mundo para mejor es preferible dejarlo como nos lo hemos encontrado y no empeorarlo. Yo soy un niño muy creyente y sé que también creceré con mucha fe en Dios, soy musulmán y mi fe me obliga a ser disciplinado, tener principios e intentar hacer el bien a todo el que me rodea. Mi fe me ayudará a buscar el mejor camino para solucionar todos mis problemas en el futuro.

Durante el trayecto de ahora al futuro conoceré a muchas personas, amigos de clase, compañeros de equipo, vecinos, familiares y probablemente alguna chica de la que me enamoraré. Espero que todas esas personas me enseñen algo y que yo les pueda enseñar algo a ellos, espero que en el futuro, cuando ya no estemos juntos, se acuerden de mí con cariño y que yo me acuerde de ellos de la misma forma. Mi vida en Gambia estaba rodeada de amigos, mi vida en Tenerife también está rodeada de amigos y espero que mi vida en el futuro, estudiando en la carrera y jugando en el Barcelona, también esté rodeada de muchos amigos. Pondré todo mi empeño para ser siempre un amigo fiel, simpático y agradable, aunque conociéndome, alguna que otra salida de tono habrá seguro. Salifu siempre será Salifu, como niño en el patio del Colegio Virgen Del Mar, como estudiante de Medicina o Derecho, o como futbolista del Barcelona. No prometo jamás enfadarme o jamás ser desagradable, pero sí prometo perdonar y pedir perdón tantas veces como sean necesarias.

No quisiera no dar importancia a mi carrera como futbolista en el FC Barcelona, cierto que seré popular, que me conocerá mucha gente y que muchos niños se fijarán en mi con admiración. Todas esas cosas son normales entre los futbolistas, pero ser futbolista no es más que ser jardinero, taxista, camarero o barrendero. Todas las profesiones son igual de dignas e importantes para la persona que desarrolla su propia profesión. Lo más importante es ser honrado y trabajador, e intentar hacer las cosas lo mejor posible. Ser un ejemplo para otros es lo más importante y desempeñar nuestro trabajo con dignidad y humildad. El barrendero limpia las calles y hace que las personas anden sobre calles limpias. El futbolista da patadas a un balón y consigue que su afición esté contenta cuando ganan y muy triste cuando pierden. No tengo muy claro cuál de estas dos profesiones es más importante para la sociedad y como no lo tengo claro, prometo ser un jugador digno, humilde y comportarme siempre de forma ejemplar.

Respecto a mi familia, hijos y mujer, no tengo todavía nada claro. Sólo tengo 10 años en este momento y me cuesta mucho pensar en hijos y en una esposa. Tan sólo espero quererlos tanto como mi familia me quiere a mí y ser tan bueno con mi mujer y mis hijos como lo han sido conmigo mis hermanos y mi madre y también mi familia de Tenerife.

Se acerca el fin de mi relato de momento, tengo que escribir una página y media y todavía no he hablado de mi futura presidencia de Gambia. En Gambia seré considerado un Presidente honesto y trabajador, intentaré  que todas mis decisiones sean buenas para Gambia y los gambianos, me rodearé de la gente más sabia y de los mejor preparados, no dejaré que la avaricia o la corrupción existan en Gambia y si intenta existir la combatiré con todas mis fuerzas para que desaparezca para siempre. Gambia es el país más pequeño de África, sufrió mucho con la esclavitud y sufre ahora mucho con la crisis mundial, especialmente cuando nuestra principal industria es el Turismo. En Gambia hay mucho paro y muy  pocas oportunidades de encontrar trabajo, pero en Gambia hay muchas posibilidades, tenemos mucha agua del Río Gambia que hace que el país sea muy fértil y tengamos los mejores manises, mangos y anacardos del mundo. El río también nos permite tener los mejores langostinos del mundo. El país está bien situado geográficamente en África para ser centro de distribución para otros países y muchas industrias se podrían establecer en Gambia para crear riqueza y puestos de trabajo. Gambia también tiene grandes deportistas y somos una pequeña potencia deportiva con tan sólo dos millones de habitantes. Gambia es verde y bonita durante todo el año y sobre todo la gente de Gambia es maravillosa y por eso a Gambia se la conoce como “The smiling Coast”, la Costa de la Sonrisa.

Y bien, tal como dije al principio de este relato, estoy a punto de ser elegido Presidente de Gambia y por lo tanto ruego a todas las personas que estén leyendo este cuento que lo terminen ya, para poder jurar así mi cargo de Presidente, especialmente cuando todas las televisiones del Mundo estarán pendientes de mí en ese momento…

 

La visitante nocturna

Ainara Santana García 1º ESO-B

Sara se mudaba de nuevo. A su madre le encantaba la restauración, así que su favoritismo por las casas llevaba a su familia a llevar una vida más bien nómada.

Era la primera noche que dormían allí y, como siempre, su madre le había dejado una pequeña lámpara encendida para quitar sus miedos.

Cada vez que cambiaban de casa a Sara le costaba dormir. La primera noche no pudo dormir. El ruido de las ventanas y del parqué la despertaba continuamente. Pasaron tres días más hasta que empezó a acostumbrarse y ya pudo descansar mejor.

Una semana después, en una noche fría, un fuerte ruido la asustó. Había tormenta y la ventana se había abierto de par en par por el fuerte viento. Tocó el interruptor de la luz, pero no se encendió. El ruido volvió a sonar, esta vez, desde el otro lado de la habitación. Ella asustada, con la mano en la pared, empezó a caminar en busca de su madre con mucho miedo porque estaba a oscuras.

A los dos pasos, su mano chocó contra algo. Lo tocó y le tembló todo el cuerpo, ¡era un mechón de pelo! Un relámpago iluminó la casa y vio a una niña de su misma estatura frente a ella. Echó a correr por el pasillo, gritando, hasta que encontró a su madre.

– ¿Tú también lo has visto? – preguntó Sara a su madre.

Sin coger nada, salieron pitando de la casa.

Volvieron al amanecer, temblando y con las ropas mojadas. Se encontraron todo tal y como lo habían dejado… menos el espejo de la habitación de Sara. Un mechón de pelo colgaba de una de las esquinas y la palabra “FUERA” estaba escrita en el espejo.

Sara y su madre se mudaron para siempre para dejar atrás aquella pesadilla.

Sara había empezado a ir a un nuevo colegio y tenía nuevos amigos. Un día, la profesora de lengua les repartió unos periódicos antiguos para una actividad. Sara gritó cuando, en una de las páginas, vio a la misma niña una vez más, bajo un título: “Aparece una menor en extrañas circunstancias”

Sara estaba sin palabras. Salió corriendo de la clase y fue corriendo a su casa para contárselo a su madre y enseñarle el periódico. Cuando su madre lo vio se quedó perpleja al ver que se trataba del mismo niño. Las dos asustadas, se miraron y se abrazaron. No se lo podían creer, no era un sueño, era realidad.

Pasaron varios días y seguían con el susto en sus cuerpos y Sara iba con miedo al colegio, pero al paso de los días, se les iba pasando. La madre le decía a Sara que tenían que olvidar ese capítulo que habían vivido y empezar una vida nueva sabiendo que ya ese niño no se les iba a aparecer más.

Los compañeros de clase de Sara estaban preocupados por ella, porque la veían asustada y triste en las clases. Cuando llegaba la hora del recreo siempre intentaban ayudarla, pero a Sara no le ayudaba nada de lo que sus compañeros le decían. Así que decidieron jugar a algún juego para que a Sara se le pasara aquella pesadilla y se lo pasara bien.

Se había acabado el recreo y regresaron a clase, allí Sara agradeció a sus amigos por haberle hecho pasar un rato agradable:

  • Gracias – dijo Sara
  • De nada, siempre puedes contar con nosotros – dijeron sus amigos

Empezó la clase y Sara ya se sentía mejor gracias a sus amigos.

Finalizó las clases y era hora de volver a casa, así que dos amigas de ella, sabiendo las circunstancias, la acompañaron hasta su casa como gesto de amistad.

Llegó a casa y fue a su madre y le contó lo que había hecho en clase y le contó lo que hicieron sus amigos para que ella se sintiera mejor. Su madre se quedó contenta al saber que su hija estaba feliz.

Las dos fueron a descansar juntas después de merendar.

Pasado el tiempo, ya se les estaba olvidando esa horrible pesadilla y esperaban no volver a vivir algo así.

Siguieron sus vidas felices porque ya se les había olvidado aquella pesadilla que tanto las hizo pasarlo mal.

 

Las memorias de Lucas

Josué Medina de León 2º ESO C    

Cristalinas lágrimas surgen de mis ojos, resbalando intermitentemente por mis mejillas sin rumbo fijo. Todos plañen y no logran contenerse. Por mi cabeza merodean infinidad de recuerdos aleatoriamente. Nubes lánguidas nos prohíben admirar un luminoso cielo azul, mientras el viento nos murmura a través de las hojas. Posiblemente, en este momento esté en el funeral con menos personas al que haya asistido. Estamos mi tía, mi prima mayor y yo. Conmemoremos a alguien con bastante impacto en mi vida, que nos ha dejado a la temprana edad de 14 años. Se hacía llamar Lucas.  Posiblemente pensarán: “Tenía toda una vida por delante”, o semejantes pensamientos, pero no, todo lo contrario, Lucas tuvo una plena vida llena de alegrías y tragedias. Empecemos desde el principio…

Digamos que con nuestra familia no nos tocó la lotería, no es lo mejor que puedas soñar. Nuestro padre desapareció el día que nací. Nuestra tía nos ha contado diversas historias acerca de él. Me contó que era un camello de poca monta en su barrio, que empezó a vender droga a la edad de 15 años, ya que su familia era muy pobre. También que dejó los estudios cuando estaba en segundo de secundaria y jamás trabajó en un empleo de verdad, simplemente se limitó al mercado negro. Y con respecto a nuestra madre, la hermana de nuestra tía, fue una chica un poco excéntrica que no solía relacionarse con mucha gente. Además, me explicó que el día que anunció su embarazo toda la parentela se asombró desmesuradamente. Tras el abandono de su marido, intentó cuidar de mí, dado que solamente tenía 17 años cuando nací (Lucas es adoptado a pesar de ser mayor que yo). Dejó todo por mí, los estudios, sus sueños, etcétera, hasta el punto de vender su vida a cambio de que la mía estuviese a salvo del entorno problemático del barrio. Nuestro “padre” se la había jurado a mamá, y conociendo los trapos sucios de su trabajo, no podía correr el riesgo de que soltara ni una palabra.

Lo recuerdo perfectamente, tenía 5 años, la asesinaron en frente de Lucas y de mí. Leves gotas rojizas mancharon mi rostro. Posteriormente huyó sin mirar atrás, y la policía me encontró, petrificado junto al gélido cadáver de mi madre. Sentí como los dos agentes se quedaban estáticos a mis espaldas por un segundo. Luego, mi tía decidió cuidar de nosotros dos junto a su hija Carla, mi prima.

Nosotros dos nacimos en Gracia, un barrio de Barcelona. Este arrabal tenía un parque al que solíamos ir los tres, mamá, Lucas y yo desde párvulo. Tía consiguió mi custodia completa, es decir, que legalmente le “pertenecíamos”. Al cabo de poco tiempo nos trasladamos a Peñíscola, una ciudad de Tarragona. Esta vez, Lucas y yo corríamos sin destino por las calles del recinto como auténticos orates. Incluso me acuerdo de una vez que nos detuvo la policía por incalculables quejas de los vecinos. Era todo un loco.

Recuerdo vivamente aquella tarde en que Carla, Lucas y yo llegamos a casa de dar un paseo. Tía nos tenía una cena especial. Los tres nos miramos repentinamente extrañados, ya que ella nunca cocinaba. Nos anunció que nos podíamos permitir un viaje iríamos a Extremadura. Lo sé, no es Nueva York, o París, pero teníamos la oportunidad de ir a visitar a nuestros parientes, pues toda la familia menos nosotros, son de esa comunidad autónoma. Nada más llegar al aeropuerto estaban todos ahí. La verdad es que se sorprendieron de ver a Lucas, era distinto. Según saludamos a toda la familia, Tía nos dio un poco de libertad para ir a nuestro aire. Solo nos apetecía estar alejados de todo, así que fuimos los dos juntos a aquel vasto prado, que parecía jamás acabar, a las afueras de Cáceres. Corríamos de norte a sur, nos deslizábamos colina abajo como si alguien, o algo nos persiguiera… Con él perdía la noción del tiempo, todo transcurría a doscientos por hora, labraba mi camino en un terreno de piedras día a día. Era el único en el que podía confiar. En cualquier caso, era la definición de perfecto

Con el curso del tiempo, comenzó a percibir una dolencia en su cabeza. No dormía, extraviaba el sentido de la orientación. Hasta que un día, un profesional nos explicó que no había esperanzas, era un tumor cerebral avanzado, por lo que decidimos sacrificarlo antes de hacerlo sufrir.

Lucas fue el mejor perro que ha pisado este mundo. Siempre preferí a Lucas antes que a nadie, constantemente te apoyaba, estuvieras en buenas o malas circunstancia. En cambio, las personas solamente clavan puñales por la espalda.

 

Lo que no soñé

Paula Fernández González 2º ESO B

Era de noche pero todo estaba iluminado por una casa en llamas. Podía percibir el sonido de las sirenas de otros camiones, de la gente cuchicheando, llorando, gritando, pero en mi cabeza retumbaba aquel grito, el cuál, distinguía con facilidad. Su delicada voz me resultaba familiar. Era aguda, como si fuese de una niña. Sus gritos, eran asfixiantes, seguramente debido al humo. Lo más peculiar de todo era que gritaba mi nombre.

 

-¡Catherine! ¡Catherine! Por favor, ayúdame- dijo aquella voz con un tono apagado.

 

Yo estaba ayudando a mis compañeros a apagar el fuego, sin embargo al oír a aquella niña llamándome, corrí hacia la casa, no podía dejar a aquella persona sola. Ellos intentaron detenerme, era muy peligroso. Pero algo dentro de mí me decía que tenía que salvar a aquella niña. Era mi responsabilidad, mi deber. Por dentro me sentía valiente.

 

Cuando entré en la casa me asusté, estaba todo en llamas, las cortinas de humo dificultaban mi visión y me asfixiaban. A pesar de estar protegida por mi traje, el casco, me sentía indefensa. No era mi primer día en el trabajo ni tampoco la primera vez que apagaba un fuego o que entraba a una casa ardiendo para salvar a sus moradores, a pesar de esto, tenía miedo, este caso era diferente a todos lo demás.

 

Empecé a subir las escaleras. El grito venía de arriba. Subí con dificultad, estaba aturdida y sofocada, sentía que ya no podía seguir. Las escaleras cada vez parecían más largas y, por mucho que me agarrara a la barandilla me era difícil sostenerme en pie. Entonces volví a escuchar su grito, aunque apenas se oía.

 

-¡Escucha, no pasa nada, quédate quieta ya estoy aquí!- le dije preocupada.

 

Pasados unos instantes, detrás de una puerta pude percibir una figura detrás de las llamas, volví a gritar:

 

-¡Escucha, estoy aquí mismo! ya estás a salvo- exclamé aliviada.

 

Parecía que todo esto había terminado cuando, súbitamente, se cayó un armario que impedía la entrada a la habitación. Este hecho pudo conmigo y me sumí en la desesperación. Empecé a sollozar, a gritarle. Intenté quitar el armario, pero era muy pesado, ya no me quedaban fuerza y entonces…

 

-Catherine, ¡Catherine! ¿Estás bien? Estás sudando- me dijo Mary, mi compañera en el hospital.

-Sí, perdón por dormirme, solo…- intenté explicarme.

-Tranquila, ¡las guardias son duras!- dijo mientras caminaba por el oscuro pasillo blanco.

Me levante de la silla tras la pesadilla y empecé a rondar por lo pasillos hasta llegar a pediatría.

Estaba haciendo tiempo hasta que terminara mi turno. Había una puerta entreabierta, entré y vi a Emma sentada en la cama:

-Oye, ¿qué hace mi niña favorita despierta?, tienes que dormir- dije sonriendo.

-Nada- dijo riéndose

Y me di cuenta que aquella voz que me resultaba familiar, delicada y aguda… era de Emma. Una niña de pediatría que estaba ingresada por leucemia.

-Catherine, ¿sigues ahí…?- dijo poniéndose delante de mí.

-Claro, como si no- le contesté.

-No sé, te quedaste pensativa- me dijo riéndose

-Sí, estaba pensando en que tienes que descansar. A ver cuéntame, ¿qué haces todavía despierta? ¿Qué te perturba?- dije.

-Ah, nada…estaba soñando y me desperté- dijo mientras se volvía a la cama.

-¿En qué soñaba esa brillante mente?- le dije.

-Contigo, soñé que me rescatabas de un incendio- dijo contenta.

Me tomó por sorpresa. Emma me miró y me dijo:

-Oye, ¿me cuentas un cuento?- preguntó a la vez que cerraba los ojos.

-Sí, claro- contesté mientras me acostaba al lado de ella.

 

Me despierto…

Saúl Medina Díaz 3ºESO D

Me despierto, si así se le puede llamar, y no veo nada más que una abrumadora oscuridad, mi tacto ya no existe, no noto ni el frío ni el calor a mi alrededor, y por más que intento escuchar, mi oído no funciona y las palabras no son capaces de salir a través de mi boca. Siento como si mi existencia hubiese desaparecido, pero aún estoy pensando, ese es el más agudo de nuestros sentidos, el pensamiento.

Aunque mi pensamiento siga estando presente, no recuerdo nada más que el uso de las palabras y el conocimiento de la ciencia. El miedo es algo que debería de estar ahora mismo presente. ¿Por qué no lo siento? Soy capaz de interceptar una conversación, ¿será que he vuelto a ser capaz de escuchar?, ¿o es solo mi pensamiento?

  • Supongo que ya puede oírnos- dice una voz neutra y fría
  • Sí, ahora es capaz de escuchar nuestras conversaciones, o al menos la simplicidad de las mismas- Esta voz era distinta, no se podría decir que fuera amigable, pero era mucho más cálida.
  • Ahora se estará preguntando quiénes somos, sería de mal gusto dejarlo con intriga.
  • Somos la unión del todo dividida en dos partes, el sol y la luna, el bien y el mal, el ying y el yang… la vida y la muerte. Como puedes ver nuestros nombres han cambiado desde siempre, nosotros no.

Por más que intento comunicarme o responder, noto como mis labios no están, no los siento y no soy capaz de comunicarme.

  • Creo que todavía no es capaz de responder- dice la voz cálida
  • Entonces todavía no es una amenaza como decías – afirma la fría- ¿Podemos decirle la verdad, porque él es peligroso para nosotros, antes de acabar con él?
  • Mira, nosotros creamos y destruimos por igual, siempre ha de haber un equilibrio. Antes te dije que nosotros recibimos distintos nombres, tú también.
  • Se les llama supervivientes, rebeldes, renegados, aquellos que han sobrevivido a la recolecta.
  • Cada persona tiene un reloj, un tiempo, una bola de cristal con nieve dentro que poco a poco se va gastando.- dijo la voz fría.

Hasta aquí, por más alocado que fuera, yo era capaz de entenderlo, pero lo que mi cerebro era incapaz de comprender era el porqué yo suponía una amenaza.

  • Como bien se ha dicho- continuó la voz cálida- cada persona tiene su tiempo, tarden más o menos, todos se quedan sin tiempo, pero tú no, tú nunca tuviste un tiempo y por eso supones una amenaza, una amenaza para el equilibrio, una amenaza para nosotros.
  • Todavía no sabemos si supones o no una amenaza para nosotros- dijo la voz fría, que en ese momento contradecía a la cálida- vamos a comprobarlo.
  • ¿A qué se referirán con comprobarlo?- me digo a mi mismo.

Para cuando me quiero dar cuenta soy capaz de ver, estoy en un bosque, oscuro y desolado donde lo único que puedo ver son árboles y neblina, mis pies vuelven a funcionar y me dispongo a adentrarme en el bosque, una vez lo hago llego a una pequeña pradera oculta en el mismo, en cada lado hay una casa pequeña.

De repente oigo un rugido y me dispongo a mirar al frente, veo a un lobo gris gruñendo, aunque curiosamente no me gruñe a mí, sino a las casas. Este mira hacia una y pocos segundos después mira hacia otra.

  • En una de esas casas está un familiar tuyo y en la otra hay una amistad- me dijo la voz fría
  • Ahora, es tu decisión elegir a cuál va a ir el lobo, si entra en una, este ya no estará hambriento y no entrará a la otra.

En ese momento mis labios se congelaban por el frío y mis pensamientos formaban un huracán dentro de mi cabeza.

Opto por salir corriendo en dirección contraria, no necesito mirar atrás para saber que el lobo me persigue. Una vez estoy lo suficientemente lejos, empiezo a oír otra vez a las dos voces, que decían a coro “¿Qué haces?” o “elige”. En ese momento decido detenerme y mirar atrás, el lobo me persiguió corriendo. Una vez me detuve él también lo hizo, quieto en una posición de ataque hacia mi persona. El lobo no dudaría en atacar. Aquí es cuando salgo corriendo en dirección hacia el lobo. “No tengo nada que perder” me digo a mi mismo, saltó hacia él, pero cuando estoy a punto de tocarlo este desaparece, al igual que el bosque, y todo vuelve a formar parte de una única oscuridad.

  • Sí, supones una amenaza, y por ende hay que acabar contigo. Lo que sea con tal de que no llegues a “el almacén”- dijo la voz fría, que ahora se había convertido en algo furioso y preocupado a la vez.

“¿Qué es el almacén?” o “¿Por qué yo supongo una amenaza?” son cosas que pasan ahora por mi cabeza como si se tratase de un viento que pasa por una pradera y a los pocos segundos se va. De repente oigo un pitido que cada vez se oye más y más alto, he perdido el sentido del oído, pero ese pitido esta en mi cabeza. Intento escapar de este usando mis fuerza restantes y de repente me encuentro en una sala de color grisáceo que está repleta de casilleros y en el centro de la misma hay dos grandes esferas, una azul y otra naranja. Estas están llenas de bolas de cristal con nieve dentro. Es el tiempo del que hablaban. Es en ese momento en el que me doy cuenta de que ellos también tienen un tiempo, un tiempo que jamás se había acabado, un tiempo que vive a base del de los demás. Entonces me dispongo a acercar mi mano a una de las esferas.

  • ¡No te atrevas!- decían a coro las dos voces juntas, sincronizándose de tal forma que ahora solo parecían una.
  • No te atrevas a romper el equilibrio- esta vez gritaban de desesperación, de temor y de ira.
  • Yo me puedo ocupar del equilibrio- por fin mis labios eran capaz de moverse y mi voz volvía a ser la que algún día fue.

Solo con rozar el cristal de la esfera azul esta cayó en pedazos y una vez destruida la esfera azul la roja cayó por su propio peso.

Las voces ya no estaban y ahora el equilibrio no depende de dos entidades, sino de una. No soy nada más distinto que ellos, esperanza, salvación, luz, mis nombres siempre cambian, yo no.

 

El Renacer de la Oscuridad

Samuel Montoya Díaz 1º de Bachillerato-B

¡No puede ser! Ha vuelto a suceder, las profecías eran ciertas, la historia se repite, pero esta vez estamos solos, no hay nadie que pueda salvarnos. Nos ha cogido a todos desprevenidos, no estábamos preparados, nadie creyó a los sabios y ahora, pagaremos por nuestros actos.

 

Las fuerzas del mal han renacido. Vuelve la oscuridad al universo.

 

Era temprano en la mañana, Aquiles y Merlín eran los únicos despiertos en el orfanato,  dos jóvenes con mucha energía que se compenetran a la perfección. Ninguno llegó a conocer a sus padres. Según le contaron las monjas del orfanato, llegaron el mismo día y ahí llevaban juntos desde hace 16 años, eran los mejores amigos.

Hacía un poco de frío, los dos soles se alzaban por el horizonte del planeta mientras la gigantesca luna seguía fija en el cielo cubriéndolo casi por completo. Este fenómeno era conocido como la Luna de hielo, y compone un periodo de 2 meses de frío en el planeta, algo parecido a lo que pasaba en los polos de la Tierra, pero en menor medida.

Margaret y Elon fueron los siguientes en levantarse, una simpática pareja de adolescentes en la que resaltaba una gran pasión amorosa. Elon era un chico alto y apuesto, y Margaret una joven hermosa con una larga cabellera negra. Llegaron juntos al orfanato, el mismo día que Merlín y Aquiles y llevan juntos desde el principio, pero fue hace dos años cuando surgió algo más que una amistad entre estos dos.

– Oye ¿Dónde está Boreal?- dijo Margaret entre bostezos. Nadie había percatado la falta de la pequeña. Boreal era la más pequeña del grupo, aunque su madurez y su carácter la hacían parecer la más mayor, ella también llegó el mismo día que el resto.

– Estará fuera como de costumbre- contestó Elon medio dormido. Y efectivamente así fue, la pequeña Boreal se hallaba en la rama de un árbol meditando. Era como su rincón de tranquilidad, su espacio personal y todos lo respetamos.

 

Todos se conocían desde pequeños, llegaron juntos y han pasado toda su vida juntos. Entre ellos se ha forjado algo más que una buena amistad entre amigos, se tienen los unos a los otros y nada más, es por eso, que se comportan como una familia.

 

Empezaron su rutina habitual de todos los días, primero el desayuno, algo simple, una taza de leche con dos tostadas. Luego comenzaron sus clases, pero hoy era un día especial, ya que era el único día del año que les dejaban salir del orfanato. Se cumplían 15 años de la gran batalla contra los oscuros para poner la paz en el universo. Como todos los años, se celebraba una gran fiesta intergaláctica en honor a los 5 maestros guardianes caídos en la batalla, su sacrificio hizo posible que se volviera a alzar la luz en el universo.

 

Todo parecía ir bien, la población del planeta se reunió en la gran plaza en el centro de la ciudad donde se había montado una gran feria, habían talleres, juegos, gente bailando y al fondo una gran noria. La gente lo pasaba bien, había un ambiente jubiloso entre los presentes, algo normal tratándose de un día de celebración, pero todo cambió en torno a las 12:00. De repente, el cielo se tiñó de negro, la oscuridad y el frío se habían apoderado del firmamento, los dos soles que antes brillaban con total intensidad, desaparecieron en una fracción de segundo. Nadie sabía lo que estaba ocurriendo, empezó la histeria, los gritos, los sollozos, todo el mundo empezó a correr en todas las direcciones, sin saber a dónde ir, porque no entendían nada. De pronto, unas formidables naves aparecieron en el cielo y empezaron a soltar millones de extrañas criaturas que arrasaban todo a su paso y atemorizaban a todos.

 

Los cinco amigos se encontraban en un puesto de tiro al blanco cuando todo esto sucedió, y no dudaron en salir corriendo. Se resguardaron en un antiguo y abandonado templo de la ciudad, bastante cercano a la plaza donde estaban. Allí se quedaron perplejos al contemplar las imágenes y esculturas de los cinco guardianes, pronto notaron una cierta similitud entre ellos, había algo en sus caras que les resultaba familiar. En las calles se oía la desesperación de la gente, la destrucción, podían sentir el fuego, la sangre… Tenían miedo, pero sabían que mientras estuvieran juntos, nada malo podía suceder. Siguieron inspeccionando el templo y entraron en una pequeña sala al fondo del todo, allí, la presencia de un anciano les sobresaltó.

  • ¿Quién es usted?- preguntó Aquiles

El anciano no contestó, tenía mal aspecto y los chicos se plantearon que quizás se encontrara muerto. Cuando Merlín se dispuso a tocarlo, la huesuda mano del anciano lo frenó. Un movimiento que los dejó helados.

  • Os estaba esperando- fue lo único que dijo

Los amigos estaban confusos

  • ¿Esperándonos?- dijo Aquiles

El anciano no dijo nada, se levantó y sacó de una gaveta lo que parecía ser un viejo pergamino. Empezó a abrirlo y en él se encontraban unos manuscritos muy antiguos en un idioma que ninguno de los chicos conocía, además, habían pintados 5 personas luchando contra una bola negra, lo que más les llamó la atención fue que, a pesar de parecer guerreros, cada uno tenía un objeto peculiar, como una espada, un bastón, un libro, una maceta y una tablet. Pero sin lugar a dudas, los cinco amigos se quedaron blancos cuando el anciano terminó de abrir el pergamino, al final del todo, había un dibujo muy detallado de ellos mismos luchando contra la misma bola negra. Y cada uno poseía uno de los objetos anteriores. Aquiles la espada, Merlín el libro, Margaret el bastón, Boreal la maceta y Elon la tablet. En ese momento todo comenzó a tener sentido.

  • Vuestros padres eran los 5 maestros, nunca los conocisteis porque entregaron su vida para salvar al universo. Yo fui el maestro de vuestros padres, y me encomendaron la tarea de cuidarlos, pero yo soy muy viejo y no me hubiese podido hacer cargo de 5 niños, así que os envié a un orfanato, y de vez en cuando os iba a visitar, aunque nunca me visteis.- dijo el anciano

 

Los chicos guardaron silencio

 

  • Bueno no hay tiempo que perder, ahora estaréis confusos y tendréis muchas preguntas pero debéis encontrar los objetos perdidos y hacer frente a las fuerzas oscuras.
  • Y ¿dónde están esos objetos?- preguntó Aquiles.
  • Cuenta la leyenda que se encuentran en el planeta Tantum, en el sistema planetario más próximo, ahora no podréis coger ninguna nave, pero hay una puerta en la catedral que está conectada a una vieja iglesia del planeta. Tenéis que ir allí, regresar y derrotar al mal.- contestó el sabio

Los chicos tenían sus dudas, no sabían si creer al anciano, igual estaba loco y sin duda la misión que tenían era suicida. Pero volvieron a mirar al pergamino, los dibujos, las estatuas, había demasiadas coincidencias, se miraron los unos a los otros, en ese momento sintieron como si sus padres estuvieran con ellos, una sensación mágica, inexplicable. Los chicos se despidieron del sabio y se disponían a salir en dirección a la catedral.

 

Todo estaba en llamas, las casas y edificios derrumbados, cuerpos y sangre por todas partes, no había ni rastro de los cuerpos de seguridad, y lo que era más preocupante, las naves seguían soltando criaturas.

  • Debemos darnos prisa- dijo Aquiles

Los chicos corrieron, no encontraron obstáculo alguno salvo unos escombros que les hicieron cambiar de calle un par de veces. Se encontraban enfrente de la catedral, pero la llegada de una de esas criaturas les sorprendió. Medía unos 2 metros, tenía un aspecto baboso, de piel oscura y sin rastro de facciones faciales, simplemente poseía una gran boca en lo que debería ser la cara, además contaba con una larga y afilada cola, y sus extremidades eran extremadamente largas, tenía 4 piernas y sus brazos terminaban en cuchillas.

Estaban asustados, sabían que no podrían enfrentarse a tal cosa, no parecía muy inteligente así que utilizaron eso en su contra. Margaret y Elon se adentraron en un callejón y llamaron la atención del monstruo, mientras este corría despavorido hacia ellos, Aquiles cogió en brazos a Boreal y junto a Merlín corrieron hasta la entrada de  la catedral, donde esperaron a Margaret y a Elon que llegaron sanos y salvos.

Tardaron un rato en encontrarla puerta de la que el sabio les habló, ya que se encontraba en una sala subterránea que descubrieron accidentalmente cuando Elon pisó una baldosa.

 

Estaban nerviosos, no sabían que se iba a encontrar al cruzar la puerta, ni qué peligros podrían encontrar, pero sabían que tenían que acabar con esto cuanto antes. Así que, en un acto de valentía, los jóvenes entraron uno detrás de otro para afrontar juntos los misterios que se pudieran encontrar.

Al principio había mucha luz, pero a medida que sus ojos fueron adaptándose, se toparon con un vasto campo verde al que decoraba una gran variedad de flores y una gran cascada que desataba un largo río que se perdía en el horizonte. Para su sorpresa, ese lugar les resultaba familiar, como si hubieran estado ahí antes, cuando la realidad es que era la primera vez que se hallaban en ese planeta. Una intuición les dijo que debían subir a lo alto de la cascada, y eso hicieron. Una vez en la cima, se sorprendieron al encontrar un gran altar hecho de obsidiana y decorado con piedras preciosas nunca antes vistas por los adolescentes. Y como esperaban, en el altar se hallaban los cinco objetos de los antiguos guardianes, la espada, el libro, el bastón, la maceta y la tablet. Cada uno tenía una pequeña tabla con una descripción del objeto.

 

La espada del infinito, el arma más poderosa del universo, solo un guerrero de corazón noble y gran estratega podrá portarla

 

Parecía que la espada llamaba a Aquiles, a él siempre le han gustado los juegos de estrategia y además siempre está dispuesto a defender a sus amigos, era todo un guerrero.

 

El Libro del mago, recopila los hechizos más poderosos usados de toda la historia, solo el elegido podrá leerlo.

 

Merlín cogió el libro y lo abrió y para sus sorpresa pudo leerlo a la perfección. A él le encantaban los juegos de magia, y sobre todo le encantaba hacer actos de magia delante de sus amigos.

 

El bastón de los muertos, tiene el poder de revivir soldados caídos y utilizar la magia oscura.

 

Margaret cogió el bastón, sintió como miles de voces le hablaban del más allá pidiendo salir a luchar. Sus amigos la definían como una persona bastante oscura, siempre le gustó el vudú y esa clase de magia negra.

 

La maceta, parece el objeto más inofensivo, pero quizás es el más importante, tiene el poder

de sanar heridas y crear vida.

 

Boreal era la indicada, le encanta la naturaleza, las flores, los animales… y siempre está pegada al árbol del orfanato.

 

La tablet de la realidad puede convertir cualquier cosa que se dibuje virtualmente en algo real

 

Elon fue el encargado de llevarla, le encantaba dibujar y las nuevas tecnologías, soñaba con construir una empresa privada y dar viajes de lujo por el espacio.

 

Ahora, todos tenían su objeto, si unían fuerzas eran imparables, sabían que no tendrían problema para derrotar a las fuerzas oscuras. Y así fue, volvieron a la puerta, y llegaron de nuevo a la catedral. Salieron y se enfrentaron en una épica batalla contra los oscuros, solo que esta vez, los que arrasaban todo a su paso eran los chicos, que ahora eran los guardianes  y defensores del universo. Aquiles y su espada, exterminaban todo lo que se interpusiera en su camino, Merlín hacía su magia para protegerlos de los proyectiles oscuros y destruir las grandes naves, Margaret hacía salir de sus tumbas a los muertos para luchar mientras Elon creaba criaturas que se materializaban en décimas de segundo, por último la pequeña Boreal restauraba todo lo destruido y devolvía la vida a las víctimas del primer ataque, además le dio a todo el escenario un característico colorido gracias a los numerosos árboles de distintas hojas que aparecían de pequeñas semillas que lanzaba de la maceta. La batalla terminó, las fuerzas oscuras fueron derrotadas y la luz volvió al universo, los soles se alzaron de nuevo y volvió la alegría a la galaxia, la oscuridad había desaparecido. Al menos por ahora.