¿Las pateras un problema?

Por Lua Morín Suárez, alumna de 4ºESO-A

La llegada de múltiples pateras a Lanzarote y Fuerteventura, y sobre todo al resto de Islas Orientales, de este, nuestro Archipiélago canario. “Llegan a la costa de Lanzarote, en menos de 24 horas múltiples pateras en la que venían un extenso número de menores de edad”, ese es el titular que me horrorizó en días pasado, y de ahí surgió la pregunta con la que titulamos este comentario de opinión.

La mayoría de los inmigrantes son procedentes de otros lugares de España o comunitario (de la Unión Europea). También hay inmigrantes extracomunitarios, que por una razón u otra se han de quedar. La inmigración en canarias es como “migración de transito”. Lo usan como punto provisional para acceder a otro país europeo. Esa es la estrategia que quienes no encuentran modo de vida y nuevos caminos en su tierra, emplean nuestras Islas como plataforma para salir al exterior. La mayoría de las veces huyendo de su lugar de origen, poniendo su vida en gran peligro.

En estos últimos años, ha habido un crecimiento de inmigrantes comunitarios. Se debe a la facilidad que hay para venir a Canarias desde cualquier territorio de la Unión Europea. Se había ralentizado la entrada de inmigrantes venidos de África, que fue el gran “boom” en el comienzo del Siglo XXI.

Todo ellos nos lleva a un reflexión, a la que hacemos con el interrogante del título de este artículo. La inmigración debe ser bienvenida, cuando un país la necesita, pero no por avalanchas descontroladas, y menos cuando hay menores entre ellos, de los que una vez en tierra se hacen cargo los Cabildos, Gobierno de Canarias o Ayuntamientos.

Para anular o erradicar la inmigración hay que implantar un método mejorado de vigilancia en las costas y un control que inspeccione las empresas y multe a quienes contraten a personas que no posean permiso, porque como todos sabemos los inmigrantes vienen porque saben que pueden obtener trabajo ilegalmente.

Cuantos más inmigrantes ilegales haya, será peor tanto para ellos como para nosotros, caerán las ofertas de trabajo, abortará la mano de obra y crecerá el racismo entre nacionales, inmigrantes residentes e ilegales.