Disertación: "Jóvenes ante la política hoy y en otros tiempos", por Liam Ríos Knopps y Diego Hermes Chévez Coloma, alumnos de 1º Bachillerato-Filosofía

Jóvenes ante la política hoy y en otros tiempos

¿Cuál es la posición de los jóvenes de hoy ante la política española?

Por Liam Ríos Knopps y Diego Hermes Chévez Coloma, alumnos de 1º Bachillerato-Filosofía

La relación entre política y jóvenes genera múltiples preguntas y una enorme preocupación social. La política, en definitiva, está presente permanentemente en la vida de cualquier ciudadano, en cualquier latitud, y, por lo tanto, lo que hay que pensar es generar buenas políticas, a través de la participación. Si algo está mal lo que hay que hacer es cambiarlo para que esté bien, y no rechazarlo ni alejarse del tema. Pero, ¿hasta qué punto esta influencia es positiva en el ambiente juvenil?

Se cree hoy en día que la política está perdiendo a los jóvenes, pues ellos consideran anticuados a todos los partidos sin importar sus ideas. Estos ya no confían en las ideas que les es introducida por el sistema, como quizás fue en el pasado. Su instinto de creatividad les hace pensar que son capaces de cambiar las cosas empezando desde cero, mientras que la política, considerada invariable para ellos, ha dejado de interesarles.

Aclarando la cuestión, la gente opina que los jóvenes son bastante impredecibles y tienen falta de experiencia en este sector. Y es que al final, la gente siempre acaba pensando que lo que ocurrió en el pasado siempre fue mejor que en la actualidad.

En esta disertación defenderemos que los jóvenes están muy interesados por la política y por el futuro de España, pero están mal informados, por lo que no saben a quién votar, ni qué defienden los partidos. Pensamos que debería haber más interés por la política para intentar estar mejor informados y preocuparse así por el futuro del país.

Vamos a fundamentar nuestra tesis en dos argumentos. En el primer argumento recogeremos datos de estudios centrados en el ámbito de los jóvenes en la política, y en el segundo argumento explicaremos nuestro propio razonamiento partiendo de las definiciones previas.

De igual modo que el aumento de la participación política de las mujeres beneficia a la sociedad en su conjunto, la presencia de jóvenes en puestos de toma de decisiones beneficia a todos los ciudadanos y no sólo a los jóvenes. La Unión Interparlamentaria (UIP) informa que las personas entre 20 y 44 años representan el 57% de la población mundial en edad de votar, pero sólo al 26% de los parlamentarios del mundo. Los jóvenes menores de 30 años representan el 1,9% de los parlamentarios del mundo y más del 80% de las cámaras superiores del Parlamento no tienen diputados menores de 30 años. Mientras que los jóvenes juegan a menudo funciones centrales y catalizadoras en los movimientos por la democracia en todo el mundo, están menos comprometidos que las generaciones mayores en el voto y el activismo partidista. En conjunto, estas tendencias han inspirado a muchas organizaciones internacionales a estudiar la falta de participación política de los jóvenes y a capacitar a los activistas juveniles para que se conviertan en líderes políticos.

Reconociendo el potencial de la juventud, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) desarrolló su primera Estrategia para la Juventud, llamada “Juventud sostenible, juventud empoderada”, en línea con el Plan de Acción sobre Juventud del Sistema de la ONU en 2013 que hace un llamamiento a las generaciones jóvenes para que se involucren y comprometan en mayor medida con los procesos en desarrollo. En 2013 también se vio la publicación de “Mejorando la Participación Política de la juventud a lo largo del ciclo electoral: Guía de Buenas Prácticas”, que se centra en la implicación cívica y la participación política, entre otras áreas, y responde a las preocupaciones que la gente joven ha expresado en foros mundiales, regionales y nacionales y a la creciente demanda a todos los niveles para apoyo estratégico e innovador en programación juvenil. En 2016, como una iniciativa conjunta de un número de socios incluyendo el Programa de las naciones unidas y la unión interparlamentaria, la campaña global “No demasiado joven para ser candidato” fue lanzada para mejorar la promoción de los derechos de las personas jóvenes a presentarse a puestos de representación y tratar el asunto tan extendido de la discriminación por edad.

Siguiendo estos datos, podemos decir que la presencia de los jóvenes en la política no es algo descabellado, o simplemente una mala influencia como mucha gente cree. Nunca antes ha habido en el mundo tanta gente joven. En las últimas décadas ha crecido el interés por su participación política y hasta el Banco Mundial ha identificado la ciudadanía activa como una de las actividades más importantes para lograr una transición positiva hacia la edad adulta, tanto para los jóvenes de hoy como para las siguientes generaciones.

¿Por qué ahora?

El interés por la participación política de los jóvenes parte, en primer lugar, de una mayor conciencia de la sociedad actual sobre el derecho de la infancia y la juventud a ser escuchados. Algo que representa un cambio de paradigma en la manera en la que la sociedad adulta observa el papel de los jóvenes: de considerarlos como meros “adultos en espera” a entender su papel como elementos activos del cambio social. Pero, aunque la participación y el compromiso de los jóvenes puede considerarse un fin en sí mismo, también representa la vía para lograr otros objetivos y beneficios para ellos mismo y para la sociedad en la que habitan.

En contra de lo argumentado anteriormente, las estadísticas indican que la implicación de los jóvenes es escasa, que los jóvenes que entran en política no se ven como rebeldes sin causa, sino como realistas pero desean introducir nuevas ideas.

Los jóvenes españoles de entre 15 y 24 años en la actualidad, son más radicales en su ideología e interesados en la política. Así son, según un informe publicado por la Fundación S.M. En concreto, más del 40% de los 1.250 entrevistados cree en la participación política como forma de cambio social. Una cifra que en 2005 apenas superaba el 17%. La tendencia a definirse ideológicamente es otro de los rasgos más destacados del documento. De acuerdo con este, uno de cada cinco jóvenes (22%) se sitúa ideológicamente en la extrema derecha o en la extrema izquierda. El porcentaje de participantes en el estudio —realizado en diciembre de 2016 en todo el territorio español— que se decanta por esta última opción ha subido de un 12% a un 15% desde 2010. Los encuestados que se encuadran en la extrema derecha también han aumentado en el mismo periodo de tiempo, aunque de forma más moderada.

Entre los jóvenes de hace 20 años y los de ahora, hay dos rasgos que apenas han variado: alrededor de la mitad de ellos se define como consumista o rebelde. Una forma de describirse en la que irrumpe con fuerza la importancia de la estética. El 47% de los jóvenes considera que está demasiado preocupado por su imagen. Si se comparan los resultados de las dos últimas décadas, el número de jóvenes que se considera independiente cae considerablemente y pasa de 55% a un 21%. Al mismo tiempo que su sensación de dependencia ha crecido, también ha aumentado su percepción de que tienen poco sentido del deber y del sacrificio.

En cuanto a cómo emplean su tiempo libre, el número de jóvenes que se decanta por ver la televisión, ir al cine o a bares casi se ha duplicado en los últimos 30 años. Además, aproximadamente la mitad de los jóvenes entre 15 y 24 años afirman que suelen hacer “botellón” con los amigos, aunque el porcentaje de aquellos que afirman salir por la noche todos los fines de semana continúa en descenso desde 1999.

En este sentido, hemos de concluir señalando el dato de que los jóvenes no lean periódicos, ni estén enterados de lo que ocurre en este ambiente, llega casi a un 90% en este país. La juventud no sale a votar por diversas razones, pero la razón básica sigue siendo la misma: no hay interés, la política y su rígida estructura les frustra.

Sobra decir que estos siempre fueron la apertura a nuevas ideologías, aunque antes este aspecto no se pudiera resaltar. Se podría objetar de ellos que no saben lo que quieren hacer en su vida, aunque quizá para la gente adulta, quienes creen saberlo todo, este aspecto lo pueden considerar incomprensible. Los jóvenes siempre han tenido una idea clara de lo que quieren hacer en su futuro, solo que a su manera.

Los políticos han de tener una cosa clara, los jóvenes son espíritus libres, con mente abierta, con pensamientos alternativos, siendo así incapaces de limitarse a la zona de confort. No obstante, no por eso son innecesarios para la política. Sus ideas, difíciles de imaginar para alguien veterano en este sector, nos pueden hacer ver el mundo de la política con otros ojos.

Nota Bibliográfíca