
«Una persona sin información es una persona sin opinión», me repetía mi padre cuando era pequeño. Quizás por ello se despertó en mí el interés por la prensa y empecé, sin saberlo, a aprender y comprender las claves de las distintas facetas del periodismo. Me alegré al comprobar que otros pequeños y jóvenes compartían esta inclinación, aunados en la Asociación de Prensa Juvenil, entidad que (¡quién lo iba a decir por aquel entonces!) llegaría a presidir al cabo de los años. La APJ me ha permitido observar la evolución de esta profesión, la creación de nuevas ramas y, lo mejor de todo, conocer interesantes iniciativas entre las que se cuenta LA TIZA MENSAJERA.
El periodismo juvenil ilustra a jóvenes de un modo transversal y les despierta vocaciones incluso más allá de esta noble profesión, más aún en casos como LA TIZA MENSAJERA, que se desarrollan en formato digital, es decir, en el medio que domina y dominará el periodismo tal como lo entendemos ahora. Además, en los tiempos de las «fake news» es más necesaria que nunca una correcta formación de los futuros informantes y, claro, de los lectores. Plataformas como ésta son el primer paso en ese camino.