Puerto de Santa Cruz, un maravilloso mundo por descubrir

Por Alba Pérez Suárez, alumna de 6º de Primaria, ganadora del Premio Puerto de Tenerife 2023 -en la foto, la autora del texto, así como su profesor Ulises Herrera, y distintos miembros de la Autoridad Portuaria-.

Hola, soy un faro. Pero debido a mi importancia, no te voy a dejar indiferente. Soy el primer faro que se construyó en Tenerife. Me llamo la Farola del Mar, y me dieron vida en un fin de año de 1863, en el Puerto de Santa Cruz de Tenerife. En un principio, para sobrevivir y dar luz a los navegantes, por mis venas corría gas. Posteriormente, la electricidad me puso una inyección de energía y hoy día, después de más de ciento cincuenta años, descanso para que toda la población de Tenerife me contemple.

Desde aquí, puedo verlo todo. La fábrica de conservas, la de gominolas, los distintos muelles y dársenas,… un verdadero espectáculo. Es todo muy hermoso y su historia parece extraída de uno de los mejores libros de acción. Tenemos piratas, batallas navales épicas, intentos de invasión, etc. Todo un lujo para aquel que quiera adentrarse en la vida de nuestro puerto.

Quiero comenzar mencionando el denominado Muelle Norte. En él está ubicada una simpática embarcación llamada Práctico. Su función es indispensable para el atraque de barcos de grandes dimensiones, como por ejemplo un crucero. El capitán del Práctico se acerca sigilosamente al navío, este abre una pequeña compuerta y lanza una graciosilla escala de gato, por ella asciende y se introduce en las entrañas del buque. Posteriormente, se dirige hacia el puente de mando y desde allí realiza la maniobra de atraque.

Otro lugar de una relevancia fundamental para la vida de los habitantes de nuestra Isla es el Muelle de Contenedores. Dentro de ellos, podemos encontrar desde un diminuto alfiler hasta un enorme sofá. Estos contenedores se apilan según su tamaño y peso, y no es fácil realizar dicha operación. Unas colosales grúas, semejantes a los gigantes que vio Don Quijote, son gobernadas por, en comparación con ellas, unos diminutos personajes con una maestría en su trabajo fuera de los común.

Otro protagonista al que no podemos dejar pasar por alto es el P.I.F. Aquí son analizados con minuciosidad todos aquellos productos que no pertenecen a la Unión Europea, por lo tanto su relevancia no pasa desapercibida. No quiero ni pensar lo que sucedería si consumiéramos algún producto en mal estado o introdujésemos alguna especie animal o vegetal que fuera letal para nuestras especies.

Continuando hacia la paradisíaca Playa de Las Teresitas, nos encontramos con la Dársena Pesquera. En ella encontramos varios tipos de barcos destinados a las capturas de pesca, tanto de altura como de bajura. Desde muy temprano el pescado se subasta y es distribuido a las pescaderías de los supermercados y grandes superficies.

En esta zona también se ubica el Instituto Oceanográfico. Un lugar importantísimo por su implicación en el estudio, supervisión y prevención del ecosistema marino canario.

Ya en dirección a Santa Cruz, unos enormes cruceros decoran la bella estampa de la capital tinerfeña. Me llamaron mucho la atención unos objetos que se colocaban en los cabos atados al noray. Tenían forma circular y situados aproximadamente a la mitad del cabo. Se llaman rateras y como su propio nombre indica, se utilizan para evitar que los roedores, desde tierra accedan al barco, o viceversa.

Realmente nuestro puerto tiene una importancia económica vital, pero de lo que nos tenemos que sentir muy orgulloso es de la impronta que recorre toda la costa de la ciudad. El Castillo Negro, el Castillo de San Cristóbal, el de San Juan, así como el de Paso Alto, y las grandes y potentes murallas que serpentean el litoral, fueron de una gran trascendencia en la defensa de invasores ingleses y piratas. Frente a La Marquesina podemos comprobar de lo que estoy hablando. El impacto de una bala de cañón, que victoriosamente amputó el brazo a Nelson, y que ha quedado sellado en la muralla.

Creo que el Puerto de Santa Cruz es un lugar de nuestra ciudad que encierra cultura, riqueza e intriga. Te recomiendo que no dejes pasar ni un solo día más sin visitarlo, y por qué no, formar parte de su historia.