ESPECIAL SEMANA SANTA 2019

Pedro López, miembro de la Junta de Hermandades y Cofradías de San Cristóbal de La Laguna

“La Laguna es uno de los mayores museos de arte sacro de España”

Por Paula Clemente y Ainara Cogollos, alumnas de 4º ESO-A

El Colegio Virgen del Mar, invitado por la asignatura de Religión, recientemente recibía la visita de Pedro López, miembro de la Junta de Hermandades y Cofradías de La Laguna, y como el mismo se define, un especialista y amante del arte religioso que se respira en los templos y calles de Aguere, La Laguna. Durante esta visita los alumnos de 1º y 2º de Bachillerato recibieron una charla ofrecida por el propio López, quien fue presidente de la Junta de Hermandades y Cofradías de San Cristóbal de La Laguna, desde 2012 hasta 2018. Este lagunero además es licenciado en Biología y en Medicina por la Universidad de La Laguna y actualmente ejerce como médico en el Hospital Universitario Nuestra Señora de Candelaria. Ha estado vinculado desde muy joven a la actividad religiosa de la ciudad de Aguere como cofrade, e igualmente desde hace algunos años ha formado parte de diferentes equipos directivos de la Junta de Hermandades y Cofradías.

-¿Se puede decir que La Laguna es uno de los mayores museos de arte sacro de España?

-“Sí, efectivamente La Laguna es uno de los mayores museos de arte sacro de España. Gracias a las vicisitudes que no ha tenido la ciudad y la vida de las hermandades a lo largo de cinco siglos de historia, se puede decir que una de las mejores colecciones de arte sacro que existen en toda la nación. Es importante porque aquí muchos de los problemas que existieron en la Península, con respecto a la destrucción de imágenes, no sucedieron y hemos podido mantener imágenes del siglo XVI en muchas de nuestras iglesias y eso provoca que, obviamente, sea una de las mejores colecciones de arte sacro que hay en España”.

-¿Cómo llegó todo este arte a la ciudad de La Laguna, a Aguere?

-“Bueno, hay diferentes orígenes, porque son diversas las imágenes que se incorporaron a la ciudad a lo largo de todo estos años. Sobre todo al inicio, fueron muchos los autores, muchos imagineros, los que se ocupaban de crear estas imágenes, estas figuras, estas piezas de madera. El número de ellos era elevado. Concretamente, aquí en Canarias había algunos, algunos que se ocupaban de crearlas. Pero muchas de las imágenes también son traídas de fuera, y hay un movimiento muy importante especialmente en Península, donde muchos de los imagineros se ocupaban de crear diferentes emociones en forma de Cristo o Dolorosas, o de otros apóstoles que se incorporan a la Semana Santa de La Laguna. Tenemos que pensar que no solo el origen se sitúa en España, sino que también hay imágenes de Flandes, Italia, Génova, que son traídas por diferente mercaderes o familias de abolengo, vinculadas a la ciudad que deciden incorporarlas a sus casas o a los conventos, hacia los que ellos tenían más devoción, imágenes que eran muy devocionales para ellos y que esas mismas son las que se incorporan a cada una de las procesiones que intervienen en la Semana Santa de la ciudad a lo largo de estos siglos”.

-¿Qué son las hermandades?

-“Las hermandades, básicamente, podemos hablar de dos definiciones muy estrictas. Una parte, es una definición mucho más reglada según lo que comenta la Iglesia. Al final es una asociación de fieles, un grupo de personas que se reúnen en torno a un símbolo, a una creencia o una imagen religiosa, originando una devoción importante y un culto hacia esa imagen a lo largo de todo el año litúrgico, en especial en Semana Santa. Pero también podemos decir que el grupo de las hermandades es un grupo de personas que se reúnen para realizar diferentes actividades, no solo en torno a la fe, sino también en torno a actos sociales y por una acción social, de la que se ocupan dichas hermandades. No tenemos que olvidar que las hermandades tienen un triple objetivo, una triple función. Una es el culto de las imágenes, lo que es cuidarlas, mantenerlas a lo largo de los siglos de historia que llevan después de haber sido creadas, pero también se halla el punto de vista de la formación. Las hermandades nos formamos para mejorar, tanto en la parte cultural del cuidado de estas imágenes, como en la parte de fe y realizamos muchas reuniones siguiendo un plan de formación muy interesante. También, obviamente, como triple pata de esos objetivos, nos encontramos con el patrimonio y con la acción social. Para nosotros es importante el fin de que las hermandades existan para colaborar con las personas más necesitadas. Por ello, se realizan muchas actividades de acción social, como los son acudir a diferentes residencias de mayores para ayudar, recogida de alimentos, también creamos actos donde recaudamos dinero para, por ejemplo, la Asociación Española contra el Cáncer, para la Asociación de Trisómicos. Por todo ello, creo que hacemos una labor interesante que nos incorpora a lo que es la vida social de la ciudad o incluso de Canarias. Así, en la búsqueda de qué es una hermandad, también se ha de englobar y llevarlo hasta lo que es el clima de fe”.

-¿Qué aportan las hermandades para que se conserve esa parte de la historia artística de Canarias y España?

-“Básicamente, tiempo. ¿Tiempo por qué? Porque dedicamos muchas de las horas a lo largo del año a cuidar esas imágenes, al mantenimiento, restauración, preparar y llevar a cabo las procesiones. También la creación de libros para difusión, conferencias o entrevistas como la que estamos dando ahora para intentar diversificar y difundir toda la información que nosotros tenemos en este Colegio. Es una manera de mantenerlo vivo y de obviamente mantenerlo a lo largo de los siglos, tal como ha estado sucediendo todos estos años”.

-¿Ha cambiado la Semana Santa y las procesiones, o se sigue manteniendo la tradición?

-“Tenemos que pensar que la Semana Santa tiene 500 años de historia. Las primeras procesiones comenzaron en torno al 1520 en la ciudad de La Laguna con una cofradía que se llama Cofradía de La Sangre, donde la estructura de la propia procesión es muy similar a cómo es actualmente. Por ello, podemos ver que en estos 500 años de historia, no ha cambiado nada importante. ¿Qué es lo que ha cambiado? Ha variado la sociedad en sí. Se ha transformado la manera en cómo la sociedad se relaciona con las propias procesiones y las hermandades. Si podemos decir que, en todos estos siglos, ha habido momentos de apogeo donde asistían muchas más personas a las diferentes celebraciones en la calle, como también hubo momentos de declive debido a diferentes movimientos sociales, o incluso políticos, que provocaron que las hermandades, algunas de ellas, desaparecieran y algunas de esas imágenes del siglo XVI y XVII también. Esto provocaba que alguna de esas procesiones no salieran a la calle. Pero sí podemos decir que en los años 60, que es cuando se vuelve a tener un apogeo importante de la Semana Santa, sobre todo en la ciudad de La Laguna, el mantenimiento de lo que es la tradición, la manera de cómo procesionamos y cómo mantenemos nuestra relación entre las hermandades y con lo que es la sociedad, se mantiene impertérrita en ese paso del tiempo. Existen vídeos de los años 50, donde podemos ver procesiones que son iguales a como están actualmente. En este sentido podemos asegurar que existe una cierta estabilidad en cómo son las acciones de las hermandades, sin embargo no debemos de olvidar que la sociedad cambia, y también han cambiado las hermandades a lo largo de cinco siglos de historia”.

-¿Los jóvenes se unen a las hermandades? ¿De qué forma?

-“Todas las hermandades tienen una sección infantil. A ella, se incorporan niños a partir de tres años. Muchos son los hijos de los propios cofrades que participan en la procesión o participan en la hermandad. Estos van adquiriendo una edad en ese momento de formación y como personas, en sus colegios o en sus casas, aunque también está la parte de formación dentro de lo que es la hermandad. Intentamos transmitirles nuestra fe desde nuestro punto de vista de las hermandades y esos niños que empiezan, con esa edad temprana, van creciendo y se van convirtiendo en ese movimiento renovador de cada una de las hermandades. Incluso atraen a otros compañeros o amigos de los colegios o de sus zonas de juego para pertenecer a la hermandad. Eso es muy gratificante porque provoca ese movimiento renovador en los jóvenes que tienen ganas de participar en la hermandad.

De esta forma, también creo que he de hacer una puntualización en el sentido de que no tenemos que participar en la hermandad sólo exclusivamente desde el punto de vista de la fe, que para nosotros es importante y fundamental, sino también desde el punto de vista patrimonial y cultural. Hay para muchas personas que es una tradición pertenecer a la hermandad.

Afortunadamente, en los últimos años, hay un repunte de esta asistencai, de gente más joven atraída por estos fenómenos, tanto del punto de vista tradicional como desde el punto de vista de patrimonio religioso”.

-¿Las hermandades, por lo tanto, cuentan con generaciones que van sustituyendo a sus predecesores?

-“Sí, efectivamente, es lo que comentaba. Hay mucha relación familiar dentro de las hermandades. A veces te encuentras con que hay familias completas que asisten sus padres e hijos, o incluso más allá. Las hay que han sido fundadoras de hermandades desde los años 50 y que empezaron en esa hermandad, y son abuelos ya o incluso son bisabuelos, y ya no pueden procesionar, pero sí llevan a sus familiares y han seguido con ellos a lo largo de los años”.