La realidad basada en la mentira no existe

Por Andrea Navarro Marrero, alumna de 1º de Bachillerato-Filosofía

¿Qué es real hoy en día? ¿Nos están enseñando lo que hay fuera o solo es un dibujo en lienzo? ¿De quién nos podemos fiar? ¿Somos personajes de una novela o de un videojuego o puede que de alguna serie de entretenimiento?

Todas estas preguntas suelen aparecer y perturbar nuestra mente, lo cual es un tanto extraño, ¿por qué le tenemos miedo a unas simples preguntas?

Hoy en día el planeta tierra, nuestra casa, está contaminada por mentiras, una enfermedad imposible de curar, un mar de falsedades donde estamos sumergidos y del que no sabemos cómo salir. ¿Y por qué estamos ahogados en este mar y no nadamos hacia la orilla de la coherencia?  No llegaremos jamás a la isla de la verdad, porque somos personas incultas, los dueños de esta isla son los gobernadores que solo nos quieren enseñar lo que les convenga y es así porque si nos muestran la realidad de la vida, nos cortarían las cuerdas con las que nos manipulan para ser ricos y poderosos.

¿Y si nos cortamos las cuerdas nosotros y descubrimos la verdad? Hay personas que por su cuenta han adquirido los conocimientos necesarios para cortarse las cuerdas, pero al ser pocas, nadie les hace caso y cuanta más minoría de gente culta haya, más posibilidades tiene el gobernador para ganar y no ser desterrado de la isla de la verdad. Lo que quiero decir es que los medios de comunicación, los centros educativos y la información de redes sociales están manipulados por el gobernante de cada país, comunidad, continente, lo que sea, porque no quieren que les echen del poder y ser pobres. Ellos e están llenando los bolsillos de dinero gracias a nuestra ignorancia, porque han conseguido enseñarnos poco para ser poderosos, somos sus títeres.

Y no solo se da este caso de manipulación en gente poderosa con conocimientos, también una persona normal y corriente como yo, puede coger un dispositivo electrónico, abrir una red social, crearse un perfil falso y obtener todo lo que quiera de las personas que le siguen, por medio de la mentira y manipulación de datos. También se pueden dar casos fuera de lo electrónico, por ejemplo un amigo de confianza puede mentirte sobre su vida y contarte que ha ido de fiesta muchas veces y ha ligado, pero en verdad solo puede haber estado en su casa viendo Netflix y comiendo dulces.

Hay muchos tipos de mentirosos, pero los más comunes son, el mentiroso compulsivo, no puede dejar de mentir y toda su vida gira en torno a una farsa; el mentiroso por interés, que te miente si necesita algo de ti. Por ejemplo te miente, diciendo que tiene una enfermedad mortal y necesita tu dinero para buscar una cura y te estafa, y después está el mentiroso de los rumores, que inventa cosas de los demás para divertirse un rato viendo cómo otra persona sufre. Da igual el tipo de mentira que hagas, da lo mismo el tipo de mentiroso que seas, está mal mentir, al fin y al cabo acabarán descubriendo tus mentiras y harás sentirse mal a alguien.

Nadie se libra de la apariencia de la vida, la realidad del mundo es la mentira, vivimos en la caverna de Platón, sólo vemos las sombras y esa es nuestra verdad, no queremos salir de la caverna y ver la verdadera existencia, porque estamos a gusto con nuestras mentiras, o eso pensamos, porque si a lo mejor vemos la realidad, nos sentimos a gusto en ella, pero jamás lo sabremos si no salimos de la zona de confort.

Cuando abramos los ojos nos daremos cuenta de que el mundo es una miseria y que hay que buscar una solución para arreglar todos los destrozos que hemos hecho con las mentiras. Mi hermano me preguntó una vez por qué los mayores siempre están enfadados o tristes y es difícil verlos felices. Yo le dije que cuando se hiciera mayor lo iba a entender, y por dentro pensé que cuando uno se hace adulto, abre los ojos y ve la realidad del mundo en el que vivimos y que no siempre todo es camino de rosas. Cuando abrimos los ojos la verdad nos quema. Lo mejor es dejar que un niño disfrute todo lo que pueda de la vida y esté siempre feliz, porque cuando te haces mayor te das cuenta de que la vida perfecta que prometieron y contaron es todo falso. La vida es dura y por muy preparado que te sientas, la verdad te va a dar golpes por todos lados y no siempre se pueden aguantar, y es por ello que echamos de menos nuestra infancia, porque era nuestra feliz mentira.

La conclusión es que la realidad no existe, porque la hemos distorsionado tanto, que se ha convertido en mentira. Es como un piano y una partitura, tu puedes tocar en el piano lo que dice la partitura, pero cambiar algunas notas y aunque parezca la misma canción, es muy diferente a la original. La vida es igual, si tu coges tus conocimientos y los cambias un poco, vas a tener un destino diferente y puede que falso, por las mentiras que hayas usado para cambiar tu realidad. Lo que siempre sabremos es que solo nos podemos fiar de nosotros mismos, porque sabemos si nos estamos mintiendo o no, en cambio no nos podemos fiar de nadie, porque hasta el lazo de la verdad de Wonder Woman nos hacía darnos cuenta de lo mentirosa que era la gente. Hasta el profesor William Marston intentó descubrir con su aparato de detector de mentiras si la gente era sincera o si solo sabían mentir tan bien que engañaban tanto a las personas como a uno mismo. Lo importante es saber que la realidad basada en la mentira no existe.