Isidro Hernández Gutiérrez, Conservador Jefe de la Colección Tenerife Espacio de las Artes, TEA

«La obra de Óscar Domínguez y César Manrique coinciden en que están transitadas por un haz de luz de pasión hacia la naturaleza»

Por Daniela Jiménez Brito, alumna de 4º ESO-A

El Departamento de Arte del Colegio Virgen del Mar organizó recientemente la conferencia «Similitudes entre la obra de Óscar Domínguez y César Manrique» a cargo de  Isidro Hernández Gutiérrez, Conservador Jefe de la Colección TEA TENERIFE ESPACIO DE LAS ARTES. Dicho acto forma parte de la programación de este curso en torno al proyecto titulado «César Manrique. Polímata del arte y la naturaleza», en el que participan los alumnos de ESO y Bachillerato en las asignaturas de Arte, Filosofía, Economía, Lengua Castellana y Religión. De esta forma la presencia de Isidro Hernández en el Centro ha puesto otro capítulo dentro de los actos que todavía se proyectan hasta la finalización del Curso 2018-2019, que coincide con los 100 años del nacimiento de César Manrique, aniversario que se celebra con diferentes actividades en Canarias, a las que se suma el Colegio Virgen del Mar.

-¿Existen similitudes entre la obra de César Manrique y nuestro inolvidable tinerfeño universal Óscar Domínguez? 

-«Sí, en verdad la raíz fundamental de esa relación entre estos dos grandes artistas viene a ser la pasión por la naturaleza. Hay una suerte de calidad expresiva que tiene que ver con la forma en la que la propia naturaleza insular se muestra, quiero decir los chorreamientos lávicos de Lanzarote, las caprichosas formaciones volcánicas, el propio territorio insular en Canarias en cierto modo es artístico. La naturaleza ha tallado un lugar a su imagen y semejanza llena de belleza y de color, en fin, un montón de cualidades que son fantásticas y que nos sorprenden cada día, cada amanecer, cada atardecer, en cada momento de nuestra existencia uno mira a un lugar de Canarias y se sorprende. Esto en el caso Domínguez y de Manrique coincide precisamente en que sus obras están transitadas como si fuera un haz de luz por esa pasión por la naturaleza. En el caso de Manrique que intenta pintar a la manera de la propia naturaleza y en sus cuadros casi intenta llevar el movimiento lávico a la pintura en óleo. Por otro lado, el caso de Óscar Domínguez pues es muy visible. Sus pinturas cósmicas, por ejemplo, de movimientos en espirales, movimientos tectónicos, telúricos, de formaciones geológicas en movimiento. Ese sería digamos el motivo fundamental, aunque también hay otras líneas de coincidencia». 

-¿Se ha convertido quizás César Manrique en un olvidado para Canarias? 

-«No, yo pienso que la verdad es que en este contexto no y en un proyecto educativo, como el que ustedes presentan, ves muy interesante quizás acercarse a esa ventana, quién era César Manrique, quién era Óscar Domínguez, quién era Millares, en fin otros artistas muy relevantes de las islas. Quiero decir, no sé hasta qué punto las nuevas generaciones lo tienen o no presente. Entiendo también que es una cuestión que tiene que ver mucho con la materia, en fin, en las aulas, el tiempo que se dedique a nuestros autores en Canarias, poetas, artistas que hay muchos y muy grandes: hombres y mujeres, mujeres y hombres, en cualquier disciplina.

En verdad Canarias ha sido un lugar inmenso en el que encontrar arte y formar parte del arte, seguramente por influencia de esa naturaleza exuberante de la que hablábamos y por esas ansias de conocer lo que está más allá del horizonte insular. Ha sido un lugar, como digo, con muy buenos creadores en todos los sentidos. ¿Si la presencia de Manrique está? Manrique deja una semilla, en fin, el poeta Luis Cernuda decía que la hermosura es paciencia   y hablaba del lirio. ‘No sé que lirio debajo de la tierra emerge un día desde el fondo triunfante’. Es decir, las cosas a veces tardan un tiempo hasta que cuajan y dan su fruto. En el caso de Manrique la imagen más traslúcida, la más interesante, la más impactante de Manrique, es la imagen del Manrique frente a un tractor en Lanzarote con un micrófono y participando en una acción contraria al castigo en el propio medio ambiente, parando la construcción desmesurada que había en aquellos momentos de, en fin, aquella eclosión hotelera un tanto irregular, es decir, sin mucho control».

-¿Era por lo tanto un activista desde el arte?

-«Se trata de un personaje que intervenía ante estas situaciones de romper con el paisaje. Puedes pensar, igualmente, en el Manrique artista, pero también está la faceta que intervenía del Manrique hombre y el Manrique activista en su capacidad para mover las masas, para convencer al pueblo de que, en cierto modo, la eclosión del turismo, del desarrollo, que es necesario en toda sociedad, hay que llevarlos por unos cauces prudentes y respetuosos, sobre todo con el medio.

Esa semilla se tomó y sí que está, porque Canarias, como todos los territorios atractivos y que se deben en parte a su economía y en gran medida al turismo, cuentan con situaciones en las que hay conflictos entre lo natural y la propia evolución, el desarrollo social. Manrique, este canario universal crea una conciencia crítica, una conciencia del saber mirar, mirar de forma crítica, de forma consciente, racional y cuestionando lo que se estaba haciendo. Esa semilla sí está y seguirá estando.

Luego sorprende mucho, desde qué manera la figura del artista fue conocida internacionalmente. Es un personaje que no pertenece sólo al ámbito insular, sino que ha transcendido su manera de estar en el mundo, fuera de las fronteras de las Canarias y eso es importante».  

-¿Se sigue trabajando para el mantenimiento de la obra de César Manrique? 

-«Hay un legado, una fundación en Lanzarote que lleva su nombre y que se ocupa de la imagen del artista y de todo su legado. En ese sentido, es verdad que está garantizada cierta permanencia de ese patrimonio material. lo que concierne a la obra artística. Pero también al patrimonio inmaterial, que tiene que ver con esa acción crítica que decíamos porque es una fundación muy activa que dirige por cierto un poeta de una conciencia del lenguaje, un grandísimo poeta como es Fernando Gómez Aguilera y que mantiene vive ese legado en ambos aspectos. No solo organizando actividades de tipo artísticas o expositivas, sino también desde un punto de vista de acción crítica. Lo hacen no solo con charlas, sino al más puro estilo de Manrique con la denuncia a las autoridades de las acciones contrarias al medio ambiente. Es curioso esa doble vertiente que mantiene. A mí parece que es una opción interesante la que plantean y que permite facilitar el mantenimiento de un legado»

-¿En qué otros autores ha influido César? 

-«Después de César hay otras generaciones artísticas en Canarias con mucha actividad. No creo que haya que mencionar nombres en concreto de influencias relacionadas con la obra de Manrique, pero si es verdad que esa manera de hacer que procuraba Manrique con la propia pintura matérica, que en su caso es muy evidente cuando trabaja con la lava, con la tierra de la isla, con la propia condición insular, está muy viva en muchos otros artistas de Canarias. No diría que sea influencia directa de él, sino más bien es un saber hacer compartido o son vasos comunicantes, que por alguna circunstancia han hecho que haya relaciones entre unos y otros de formas muy vivas». 

-¿Entonces, puede decirse que César Manrique y Óscar Domínguez han dejado una marca para generaciones futuras? 

-«Sin duda, son dos casos muy paradigmáticos. En el caso de Óscar Domínguez, diría que la condición subversiva de su lenguaje e incluso él como persona en la parte artística, un artista muy versátil que hace objetos surrealistas, que hace calcomanías, que hace pinturas, que incluso llega a tocar la escritura. En él hay una versatilidad y una creación sin límites. Está siempre intentando prender fuego a un tren en llamas, como diría algún poeta surrealista amigo del pintor. Y esa subversión está también presente de alguna forma de legado para generaciones artísticas presentes o venideras. En el caso de Manrique también. Insisto en que en el caso de Manrique también en la parte artística, pero especialmente me parece muy interesante y, a veces, se olvida un tanto esa faceta suya digamos accionista y crítica en relación a la naturaleza y el medio ambiente».