ESPECIAL NAVIDAD Y AÑO NUEVO 2019: Artículo de Opinión de los alumnos de 1º de Bachillerato

La Navidad sin moral

Por alumnos de 1º de Bachillerato de Filosofía

La palabra Navidad proviene del latín y quiere decir “nacimiento”, haciendo referencia a la llegada del hijo de Dios, Jesús, al mundo terrenal. En cuanto a la fiesta actual, implica varias tradiciones. Suele realizarse un gran banquete en una cena que sienta en la mesa a amigos y familias el 24 de Diciembre, como en espera hasta la medianoche del nacimiento, donde tras el canto del gallo, se anuncia la llegada de Jesús. Se monta y decora un árbol, amigos y familiares cantan canciones acordes a la fecha, villancicos, y se construyen pesebres o belenes.

Hoy, Siglo XXI, la navidad ha sobrepasado los límites de la religión propiamente dicha y no está ligada solo al cristianismo, aunque en sentido de los creyentes aún permanezca siendo la esencia del amor radicado en Jesús que nace. La industria del mercado ha empujado a las familias de clase media –otros de no clase media apenas rozan lo material- a gastar un sueldo completo o gran parte de él para comprar decoración y regalos para la Nochebuena y los Reyes Magos. Ha hecho incluso que esto se convierta en una necesidad, transformando esta fecha festiva en una vivencia totalmente materialista, donde el concepto amor cada vez se esconde más, como también sucede en el resto del año. Lo material puede al amor, puede por lo tanto a Jesús, para aquellos que profesan esta religión.

Así, también, actualmente, se asocia a esta festividad con el tiempo para expresar el sentimiento de paz, amor, sinceridad, alegría, comunicación con las otras personas, de cantar, también de bailar, de tomar decisiones positivas, pero también de perdonar y olvidar, de estar unidos visitando a quienes se quiere. Esa es la intención. Sin embargo ha pasado de ser una época de reconciliación con los seres queridos y con la conciencia propia, a través de una supuesta reflexión, a una época donde el regalo puede representar algo material, y por ello, se sustituye el amor a cambio de objetos, por lo que tiene un valor mundano. Por esto surge la pregunta, ¿estamos ante una Navidad sin carga moral, sin valores? ¿Estamos en una vida consagrada a lo terrenal y llena de sentido superfluo?

Es así, una Navidad sin moral, sin amor, y se convierte en una celebración sin razón. Además, si se trata de celebrar este día, se supone que ya durante todo el año practicamos, o ponemos en práctica, lo que la Navidad constituye, para, lógicamente, tener algo que celebrar. Se nos ha vendido estos días del final de diciembre como un momento feliz de reunión familiar, pero mientras una familia cena grandes platos de comida, otras pasan frío y hambre en las calles. Así, en el fondo si no respetamos a los demás, y nos olvidamos de los que nada tienen, a qué podemos llamar moral.

De igual forma, se trata de un tiempo de reunión, amor, felicidad, por lo que la moral actúa de manera directa y es esencial obrar de buena manera en estas fechas, en las que pasamos tiempo con nuestros seres queridos, pero igualmente hemos de hacerlo el resto del año. Todos debemos ser uno solo para conseguir el nivel de moral necesario.

¿Nos acordamos de esas personas que durante el año están solas y que en estos días de reencuentro no tienen con quien encontrarse? Quizá no, en muchos casos sí, pero es una realidad, hay mucha gente abandonada. Un momento para recordar, de igual manera, esta situación real.

Reflexionar y resolver, buscar soluciones, a los problemas que hemos acumulado durante el año, es una forma de pensar y meternos en nuestro interior, aunque no nos podemos olvidar lo afortunados que somos de tener lo que tenemos. Otros no lo tienen y hemos de poner un granito de arena para que lo tenga. Feliz Navidad y Próspero 2019.