Especial Día del Libro 2019

Atila, el fin del mundo vendrá del este, de William Napier

Por Yeray Cabrera, alumno de 2º de Bachillerato, Historia de la Filosofía

La decadencia de Roma al principio del siglo V, era un hecho constatable. El Imperialismo Romano que antaño dominaba el mundo occidental, mostraba sus flaquezas ante sus antiguos enemigos: las tribus bárbaras de vándalos y visigodos que presienten que su tiempo ha llegado. No obstante, son peores los presagios del nacimiento de un nuevo imperio bárbaro que proviene del Este. Una nación de feroces guerreros a caballo, los hunos, aterroriza la frontera.

El joven Atila, nieto del rey de este pueblo, vive como rehén en el palacio imperial de Roma para que su abuelo se mantenga fiel a su alianza con el emperador romano. Su único sueño es escapar y llegar a las llanuras de Asia central, donde podrá ser libre y cabalgar en armonía con la naturaleza, como si el caballo y el jinete fuesen un mismo ser. Con este primer volumen de la trilogía sobre la vida de Atila, William Napier empieza su obra basada en guerras, codicia y poder que llevarán al fiero huno a convertirse en el guerrero más temido de su tiempo: el verdadero Azote de Dios.

A finales del siglo V, cuando el Imperio Romano de Occidente ya ha caído, el anciano historiador Prisco de Panio vive en un monasterio napolitano mientras recuerda la gloria perdida de Roma y uno de sus últimos capítulos épicos, el que unió los destinos de Flavio Aecio y de Atila, rodeados de guerra, conspiraciones, ambición, honor, muerte y poder. A comienzos del mismo siglo, Estilicón acaba con la amenaza del bárbaro Radagaiso y es testigo de lo letales que resultan sus nuevas tropas aliadas auxiliares, los Hunos, al mando de su rey Uldino cuyo nieto Atila es huésped en el palacio del emperador Honorio y es testigo del destino de Estilicón.

En el texto, se realiza un recorrido desde la infancia de Atila cuando era un cautivo diplomático, es decir, una especie de aval que hacía que mientras estuviese bien, los hunos no atacarían a los romanos. A su vez los hunos tenían en su territorio a un muchacho romano, hijo de uno de los máximos mandatarios del ejército que marchaba bajo el águila.

Los primeros capítulos muestran el porqué de la situación de Atila, así como los problemas que le supone al joven huno vivir en la Urbe, y cómo puede soportar esta situación un muchacho acostumbrado a la libertad de las grandes llanuras en la gran pero concentrada Roma, y aún más cuando no puede escapar del palacio. Tendrá numerosos enfrentamientos, debido a que posee una mentalidad opuesta a la de los otros jóvenes cautivos, además de que la romana es una sociedad muy diferente a la suya: en la corte romana te sonríen mientras untan con veneno la daga que te clavarán por la noche. Es en estos capítulos, cuando empieza a forjarse su carácter, a base de recibir golpes y levantarse. A medida que avanza el relato, se vuelve cada vez más oscuro, acorde a los tiempos de la caída de Roma. Entran en juego conspiraciones, traiciones, algunas batallas, justas e injustas, asesinatos, e incluso profecías, que afectarán directa o indirectamente al protagonista.

Lucio, mi personaje favorito

Se establecen uniones entre los personajes, a priori invisibles, pero que hay que estar atento a la historia para no perdérselas. También se puede ver, a la vez, el lado más sangriento, salvaje y crudo de Atila, pero así como su buen hacer, su honor y en el fondo, su bondad. Así sigue el libro, apareciendo nuevos personajes y despareciendo otros, que van alternándose en importancia. Y llegará un punto en el que el relato se divida como en dos historias: una con Atila y su fiel «sirviente», y Lucio, que es mi personaje favorito, todo hay que decirlo, al fin y al cabo, a Atila lo mueve la venganza, su odio contra Roma y lo que representa, cosa que entiendo, pero que a veces consigue que me quede frío. Lucio, en cambio, lucha por sus ideales, por juramentos que hizo, y al final, por su familia.

La infancia de Atila es totalmente inventada, pero no así la mayoría de los personajes. Esto se debe a que no hay constancia escrita de la infancia de Atila, por lo que el escritor salta entre la Historia y la ficción para construir las relaciones con los personajes que marcarán su camino.

A la hora de leerlo, podemos apreciar el relato que escribió Prisco de Panio, un escriba, sobre la vida de Atila, en el 488 d.C, siendo interesante por la información que contiene sobre los hunos. Se podría considerar un narrador omnisciente, ya que a veces conoce o supone lo que piensa. Por otra parte, de vez en cuando mete cuñas de sus impresiones o si quiere hacer alguna aclaración. Como es comprensible, la idea fundamental de la novela no es la caída de Roma, sino que es el crecimiento y la evolución del futuro rey de los hunos. Por lo tanto, el escritor introduce numerosos personajes que influirán en su desarrollo, ya sean importantes o no, forjando Atila su destino por la toma de sus decisiones respecto a los distintos personajes, y a las situaciones que viva.

Los personajes me han parecido muy correctos, algunos mejores que otros, por supuesto, pero todos aportan algo a la historia.

En cuanto a la forma de escribir, es un libro con un vocabulario extenso pero conocido, lo que permite una lectura amena, fácil y rápida, atrapando al lector si el tema es de su agrado. Ayuda mucho que las explicaciones y descripciones sean concisas y claras, sin grandes párrafos explicando un lugar; lo justo para pasar por los espacios por donde viajan los protagonistas.
También hay mucho detalle en cuanto a las batallas, sobre todo si interviene El Huno.

A modo de conclusión, me ha parecido un libro altamente recomendable para los amantes de la novela histórica, de las guerras y las batallas. Ya como dato relevante, simplemente decir que Atila desciende como todos los hunos, probablemente de tribus asiáticas, aunque es algo que se desconoce, ya que no hay nada sobre sus orígenes, pero él es panonio. Panonia era una región que correspondía a la parte occidental de la actual Hungría y la oriental de Austria. Por esto se puede entender que los godos sean sus principales enemigos.