Especial Día de la Madre

“Una mujer que solo con su mirada es capaz de sanar heridas”, por Alejandro Castilla, alumno de 4º ESO-A

Esta carta es para mi madre, un modelo de mujer en tan innumerables cosas. Una mujer que solo con su mirada es capaz de sanar heridas, de aconsejarte y guiarte como una luz templada y sosegada.

En los buenos momentos es como la suave brizna marina del viento que acaricia una cara. Has sido y serás la esperanza después de la tormenta, la ilusión en el inicio y la recompensa en el final del camino.

Porque tu mi querida madre, me diste la vida, y por ello desde el día en el que, por primera vez, abrí los ojos en este mundo, te sentí, y todavía hoy te siento, como si fueras un ángel que me guarda las espaldas. Pero no es un ángel caído del cielo, sino ella mi admirada y querida madre.

Te agradezco tu entrega desde antes de que yo naciera, y ojalá tu ejemplo sirviera como reflejo para muchas otras personas. También te agradezco, que siempre seas tan natural y buena persona. Además de tu paciencia y todas estas virtudes, que me has transmitido.

Ojalá tu legado me sirva de herencia.  Siempre fuiste plenamente consciente de que en la vida lo importante y lo que tiene gran valor, no es otra cosa que el amor. Tu enorme nobleza y tu corazón infinito me hacen considerarte como un mito. Aunque esta carta no diga bastante, madre, en este día tuyo, yo, tu hijo, te felicito.