«El día que se perdió la cordura», de Javier Castillo

Por Ainara Cogollos, alumna de 4º ESO-A 

El título de este libro, como bien dice en el enunciado, es “El día que se perdió la cordura”, la primera novela escrita por Javier Castillo, que lleva vendidos más de 170.000 ejemplares y los derechos de audiovisuales han sido adquiridos para crear una serie de televisión próximamente. Castillo lanzó esta novela al mercado con la editorial “Suma de Letras”. El diseño de la portada fue creada por “Penguin Random House Grupo Editorial” y la fotografía de esta fue tomada por Piotr Wyrzykowski. La primera edición se hizo en febrero de 201, impresa en Liberdúplex, Sant Llorenç d´Hortons (Barcelona). 

Los personajes de esta novela son: Jacob Frost, preso en el hospital psiquiátrico por haber cometido uno o dos asesinatos; Jesse Jenkins, doctor psiquiátrico responsable del caso de Jacob; Laura Jenkins, ex mujer del doctor Jenkins que desapareció dos días después de que naciera su hija sin dejar ningún rastro. Parece que no tiene mucha relevancia pero acaba siendo uno de los papeles más importantes. Claudia Jenkins, hija del doctor Jenkins; Stella Hyden, agente del FBI que ayuda al doctor Jenkins en el caso de Jacob. Esta última se convierte en la responsable cuando al doctor le ocurre un imprevisto y no puede hacerse cargo del caso de Jacob. Amanda Maslow, una chica de diecisiete años a la que no le gusta irse de vacaciones con su familia en verano a un pueblo muy aburrido y donde no conoce a nadie, pero un verano le suceden una serie de cosas inimaginables. Finalmente, Steven Maslow, que es el padre de Amanda, así como Kate Maslow, la madre,  y Carla Maslow, su hermana, completan la list de personajes principales.

“El día que se perdió la cordura” empieza con una historia que nos sitúa en el centro de Boston, el 24 de diciembre de 2013, con un hombre que camina desnudo con una cabeza decapitada de una mujer en la mano. El hombre es Jacob que es detenido por la policía y llevado a un centro psiquiátrico. Jacob explica al doctor Jenkins y a Stella que todo lo que ha pasado, está pasando y pasará, sucede debido a una “secta” del destino, que cuenta con nombres de mujeres y la fecha en las que tendrán que morir. 

Esta novela se desarrolla en tres espacios temporales diferentes, que son fáciles de seguir para no perderte en el transcurso de la historia. Además, hay partes en las que está escrita en primera persona y otras en tercera. Es una lectura muy directa, con frases cortas, diálogo y un vocabulario sencillo. 

Esta obra es una de mis favoritas, porque me ha dejado en suspense en todo momento. Cada vez que acababa un capítulo, tenía que empezar otro, porque necesitaba saber cómo iba a seguir la historia. Es muy fácil de leer y por eso se hace corto, al menos para mí. La trama es muy interesante y a lo largo de la narración salen otras dudas que al final se resuelven. Si piensas cómo va a acabar no va a ser así, porque todo lo que ocurre es totalmente inesperado y sorprendente en muchos casos. A parte de ser una novela de thriller, hay una pequeña parte de romance, que hace, también, que te enganches al libro.