El cambio climático

Alexia Ferrera Herrera / LA TIZA MENSAJERA

El cambio climático, una cuestión que, si bien es un problema actual, debería también inquietar a las generaciones más jóvenes y las venideras.

¿Pero qué es el cambio climático? Este término hace referencia a los cambios a largo plazo de las temperaturas y los patrones del clima en el globo, fenómenos naturales que no deberían ser preocupantes de no ser porque “la evidencia científica de su posible aceleración es aplastante”, como sostiene el articulista Cayetano López. Él manifiesta que hay una preocupación social y política general por el descontrolado aumento de la temperatura atmosférica, pero que, sin embargo, las medidas tomadas para evitarlo o, como mínimo, reducirlo son insuficientes. Argumenta que esto es debido a que, “aunque a largo plazo la lucha contra el cambio climático propiciará nuevas actividades económicas y será fuente de oportunidades, a corto plazo implica cambios que pueden ser molestos o perjudiciales para determinados sectores”, cita que se puede traducir a un “dejar para mañana lo que puedes hacer hoy”. Aunque sea para un bien común, siempre habrá alguien que se verá obligado a hacer el esfuerzo mayor, cosa a la que la gran mayoría no está dispuesta, esperando que lo haga otro.

Estoy completamente de acuerdo con el autor, pero, sin duda alguna, luchar contra el horno en el que estamos convirtiendo el mundo no es tarea sencilla. Me resulta muy interesante la mención a Bertrand Russel y su idílico gobierno mundial, uno en el cual se podrían dictaminar leyes en beneficio de, cómo no, el mundo; sin embargo, dicha administración representaría la humanidad en su conjunto, cosa imposible hasta que prejuicios tales como la etnia, la religión o el género hayan desaparecido por completo.

De esta forma, he llegado a la conclusión de que la clave de nuestra prosperidad como raza es la educación. Es difícil que una persona mayor, que no haya oído hablar del cambio climático en su vida, muestre súbitamente preocupación por ello, de modo que nuestra mejor alternativa consiste en concienciar sobre el problema a los más jóvenes, para que ellos puedan hacer verdaderos avances… O eso o colonizar Marte.