¿Debería existir el ser humano?

 Por Nicolás de la Rosa, alumno de 1º de Bachillerato

La humanidad, esa especie inteligente que destruye su hogar simplemente para satisfacer sus necesidades, esa especie que comienza guerras por diferencias ideológicas, esa especie egoísta, que consume el planeta en detrimento de las demás especies incluyendo la suya propia. Como se puede ver a simple vista, el ser humano, ha hecho que la Tierra, el único planeta del universo conocido que alberga la vida, se vea afectado enormemente por su presencia, hemos moldeado el mundo a nuestro antojo, y por ende, las demás especies que habitan el planeta se han tenido que amoldar a ello. Es por eso que, tanto otros seres vivos como ellos mismos, se han visto perjudicados simplemente por el afán de conseguir algo que todos quieren, pero que poca gente puede alcanzar, el poder.

Las personas tienen sueños, ambiciones, pero por encima de todo, tienen una vida y, sin embargo, lo que todavía no llegan a comprender es que el ser humano contiene la capacidad de destruir el planeta si así se lo propone. Todas esas vidas, esos problemas, que para los demás seres vivos que están en la Tierra no deberían afectarles mucho más allá de la cadena alimenticia, están impactando directamente en cómo se relacionan todas la formas de vida del planeta y les obliga a moldearse y adaptarse a aquello que realice el ser humano, ya que carecen de empatía hacía otra forma de vida que no sea la suya propia.

Muy pocas veces hemos conseguido profundizar en este aspecto que, inconscientemente meditamos, pero en rara ocasión exponemos debido a que hablamos de nuestra propia especie, además de que, por suerte o por desgracia, poseemos sentimientos y no nos imaginamos extintos, pero hay una serie de cuestiones que nos hacen plantearnos seriamente si de verdad la humanidad debería seguir existiendo o, por el contrario, se debería extinguir. ¿La humanidad ha aportado algo al mundo?¿El ser humano podría cambiar? ¿Hemos condenado este planeta a su destrucción debido a nuestro orgullo, ambición y egoísmo? ¿Tenemos capacidad para realizar ese cambio tan necesario si queremos seguir conservando nuestro hogar?

Hemos aportado muchas cosas al planeta Tierra, la mera existencia de la raza humana hace del planeta un lugar único en el universo

Aunque si bien es cierto que en comparación con otras especies, la especie humana está más avanzada cognitivamente, el hecho de destruir el mundo en que vives simplemente por comprar una nueva camiseta, hace que reflexionemos sobre si realmente se nos puede llamar una especie «inteligente». Hemos aportado muchas cosas al planeta Tierra, la mera existencia de la raza humana hace del planeta un lugar único en el universo, pero no nos podemos considerar una especie avanzada, si, por un deseo, destruimos todo a nuestro paso. Las demás especies que habitan el globo son parte de la naturaleza, ayudan a mantener el equilibrio y no destruyen sus hogares, los cuidan e intentan conservarlos. La humanidad, por el contrario, a medida que ha ido evolucionando, siempre ha intentado buscar formas diferentes y más efectivas, capaces de destrozar su entorno; y, ahora, lo está logrando como nunca lo hubiésemos imaginado. Ahora en este Siglo XXI.

Durante aproximadamente 800 millones de años, la vida ha conseguido perdurar. Han sufrido miles de desastres y de extinciones masivas y, en todas ellas, siempre ha vuelto a resurgir de entre sus cenizas, pero desde la aparición del ser humano propiamente dicho e inteligente, “Homo Sapiens”, hemos comenzado a destrozar nuestro entorno, hemos abusado de otras especies y hemos dejado nuestra huella patente en la Tierra. Pero es a partir de la primera revolución industrial, en la que la humanidad ha empezado a contaminar a niveles nunca antes vistos. Todo esto se debe a un deseo intenso e imparable de algo que llamamos ambición, esa ambición ha hecho que nuestras ansias de poder sean una mayor prioridad que el cuidado del medio ambiente.

Hoy en día, esa codicia, el aumento poblacional debido a las nuevas tecnologías y los nuevos sistemas económicos que consiguen que la población quiera consumir más, han conllevado a que los seres humanos destruyan todo a su alrededor, a tal nivel que hasta se han encontrado residuos en el Everest, la cima del mundo. Esto demuestra la falta de compasión y compromiso por los ecosistemas del planeta, haciendo que la especie humana esté provocando la sexta extinción masiva que ha vivido la Tierra y poniendo en peligro el planeta en el que viven, tanto miles de especies que llevan existiendo millones de años, como al propio ser humano, la única especie inteligente hasta ahora conocida en todo el universo.

Aunque es verdad que el ser humano siempre ha preferido satisfacer sus necesidades y su ambición antes que dejar a un lado sus intereses para poder hacer un mundo más habitable, desde finales del siglo XX hasta la actualidad, se han ido concienciando cada vez más sobre cómo la destrucción del planeta podría afectar al ser humano y, aunque muchos países y empresas no lo estén cumpliendo, debido a intereses personales, finalmente los gobiernos están comenzando a preocuparse por este problema que lleva sufriendo nuestro “hogar” desde que decidimos empezar a asolarlo.

Sin embargo, el mayor problema de la especie humana, es el deseo de poder, esa ambición por conseguir más a toda costa aunque tengan que destruir el mundo y por culpa de ese afán, hemos deforestado bosques enteros, iniciado guerras y destruido ecosistemas. Es el mayor problema que arremete contra la Tierra, afectando a todos los seres que viven en ella y, si no se consigue eliminar esa codicia, ambición y egoísmo, jamás se conseguirá dejar de destruir el planeta, y por consiguiente lo llevaremos a su destrucción, extinguiendo todas las principales formas de vida en la Tierra, incluyéndonos a nosotros, el ser humano.