Carta a un militar 2023: «Mi padre, un militar, como muchos, que quiso cambiar el mundo», por Paula Fernández González

REDACCIÓN/LA TIZA MENSAJERA

Este Curso 2023, nos representa en el «Premio Carta a un militar», la compañera Paula Fernández González de 4º ESO-B. Recientemente, ha ganado la 1ª Fase del Premio, que es la que se celebra dentro  del propio Centro, en este caso nuestro Colegio Virgen del Mar. Ahora, pasará a la fase siguiente, con su texto «Mi padre, un militar, como muchoos, que quiso cambiar el  mundo», carta que luchará por ganar la Fase Provincial con el resto de Colegios e Institutos de la Provincia de Santa Cruz de Tenerife.

¿Qué es «Carta a un militar»?

«Carta  a un militar» es un premio escolar, convocado  por el Ministerio de Defensa a través de sus diferentes Subdelegaciones en cada una de las provincias de España. Se trata,  como su propio nombre indica, de que alumnos de 4º de ESO o 1º y 2º de Bachillerato, en su caso también FP, escriban una carta literaria dirigida a un militar cada curso sobre un tema distinto.

Este  Curso 2023 el tema, en esta décima edición, ha sido la Paz y la Seguridad, pero en  años anteriores lo ha sido: la operación Balmis, los valores en las Fuerzas Armadas, o  la integración de la mujer  dentro del Ejército, entre otros.

El Colegio Virgen  del  Mar ha participado en las diez convocatorias de este certamen y ha ganado el premio provincial en  seis de ellas, alcanzando  el 2º Premio Nacional en 2019.

Ahora, abajo les dejamos el texto ganador en nuestro Colegio Virgen del Mar, obra de Paula  Fernández González, y aprovechamos la ocasión desde LA TIZA MENSAJERA y RADIO COLEGIO VIRGEN DEL MAR, para felicitar a Paula González por el texto que ha escrito y por su participación en este Premio. Le deseamos los mejores logros en «Carta a un militar». Aquí tienen el texto:

La carta de Paula Fernández González

Querido papi:

Desde aquel día, no puedo dejar de pensar en esto, este sentimiento que me carcome, y que me mantiene en vela durante la noche. Ya no sé qué hacer, cómo se supone que debería reaccionar. No quiero defraudarte. Tu presencia me hace falta, y tu ausencia ya no es esperanza, ya no es la emoción de contar los días que quedan, ni la desesperación en el aeropuerto cuando apenas quedan horas para que ese ansiado “Hércules” te devuelva a casa, ahora sólo es un vacío. Ese adiós, vuelve pronto, mientras mis lágrimas mojaban tu guerrera, esas promesas que nos hicimos, que ahora sólo a mí me quedan por cumplir, el abrazo de despedida y el último te quiero, son mis únicos pensamientos.

Me siento egoísta, creo que faltaron esos “no te vayas”, que no insistí tanto como hubiese debido. Tu labor, era y siempre fue importante, pero ¿y yo?, ¿no era suficiente? Me siento tonta pensando en esto, no soy justa, ni objetiva, ni razonable. Sé que lo era, y que tú te esforzabas por contentarme, a pesar del poco tiempo que estabas en casa. Eres la persona más empática que he conocido, y has sido mi ejemplo a seguir, quizás por eso ahora me veo tan perdida. Tu sueño era cambiar el mundo, hacer del planeta un lugar más seguro. “Somos afortunados”, decías siempre, “pero hay otros niños y niñas como tú, quienes no han tenido tanta suerte”. Querías acabar con esta situación. Llegar a esa igualdad y paz deseadas. Todas las misiones con tu unidad, todo el trabajo duro, toda la pasión militar y servicio, ahora parecerá, a algunos, que han sido en vano; pero yo sé que no ha sido así, todo mereció la pena. Formaste parte de tu propósito, que compartías con toda tu compañía, porque si todo el mundo pensase sólo en sí mismo, quién nos protegería. Gracias por todo lo que me has enseñado, gracias por transmitirme seguridad y paz, y no únicamente a mí, sino a muchas otras personas para las que también has sido vital. Sé que pensarás que podrías haber hecho más, que no cumpliste tus promesas, ni objetivos, pero te aseguro que ha sido suficiente.

No te voy a mentir, estaba enfadada, y mucho. ¿Por qué tenías que ser tú el que arreglase el mundo, un mundo que para mí ya estaba demasiado roto como para tener fe alguna en repararlo? Sin embargo, ahora lo veo claro, entiendo todas aquellas frases que me decías, entiendo que seguramente como yo, habrá otros que te necesiten, y comprendo lo vital que ha sido tu desempeño militar; y aunque muchos nunca piensan en esto, eso no cambia nada. Me gustaría expresarle al mundo lo importante que son las personas como tú, lo necesarios que son nuestros militares, su defensa: siempre ahí, poniendo su vida en riesgo, en Mozambique, Irán, Siria, Turquía, Afganistán, y tantas otras misiones, intentando hacer que el orbe se dé cuenta de que no estamos solos, hacer que sepan que todos deberíamos contar con las mismas oportunidades, hacer que no sólo sean unos pocos los que luchen por todos, como tú hiciste, aunque dudo que lo hagan tan bien como tú.

Me cuesta decirlo, pero esta es mi última carta, y sé que nunca la recibirás o la leerás, pero sentía que debía expresar todos mis pensamientos de alguna manera. Intentaré no defraudarte y llegar a ser algún día tan importante como tú lo has sido. Deseo que en algún momento puedas sentirte orgulloso de mí. Hasta siempre papi. Te quiero mucho.
Con cariño, tu hija, Paula.